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Pasado unos dias desperté con un leve dolor de cabeza. Tomé una aspirina pero no paso nada. Después de un desayuno ligero decidí ir al paintball.

Estaba con la mascarilla y habian avisado que solo quedaba una persona más y yo. Mi cuerpo concentrado, la adrenalina estaba apoderandose. Cada paso que daba lo hacía con sigilo. Miraba a todas partes, hasta que sentí que me dispararon. Dando alerta de que perdí... Y que me diese vuelta. Salío la persona misteriosa de unos arbustos y se saco el casco.

Era una chica de pelo marrón claro, de ojos negros, no era ni alta ni baja. Con una sonrisa de esas que enamoran, no tenía unas curvas bien delineadas. Pero las tenía.

- Hey, buen juego- dijo la chica con una voz melodiosa.

-He... Si...-

La chica me dio la mano para finalizar todo y un acuerdo de paz. Se despidió con una risa apenas audible y se fue hacia los lookers. Hice lo mismo y espere a la chica afuera del lugar de paintball.

Cuando la chica salío, me quede estupefacto. Estaba vestida con un jean que le llegaba a los tobillos, unas zapatillas deportivas y una musculosa suelta gris. Automaticámente me dirigí hacía ella.

- Hey...-dije un tanto nervioso.

- A, hola chico -

- Me gusto el juego de hoy ¿como te llamas?-

- ¿Por que debería de decirte como me llamo? - dijo ella con una sonrisa picara.

- No lo se, pero si se, que eres buena en el Paintball-

- Eso tal vez es cierto, pero aún así, no te diré-

- Y ¿Si nos vemos mañana?-

- Tal vez, en el mismo lugar a la misma hora-

- Si... -

Y así la chica se fue en su longboard, el viento trataba de ir a la par que su perfume mientras que revolvía su pelo, hasta que desapareciera de mi vista.

Me quedé ahí un rato hasta que me acordé y salí a correr velozmente hacía aquel lugar.

El Secreto de AlissonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora