CAPÍTULO 5

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- Será mejor que no te resistas- dice apresandome la otra muñeca y subiéndose a mi regazo.
Por mucho que intente revolverme dudo que pueda conseguir algo. Sin esperarlo, abre la guantera y saca unas esposas y me ata al espejo central del coche, torciendome y dejándome en una posición especialmente incómoda. Aunque en este momento eso es el menor de mis problemas.
Mis piernas aún están liberadas así que le propino fuertes patadas en la cadera y el muslo. Pero no sirven para nada.
Me cruza las piernas bruscamente y se vuelve a sentar encima. Ahora están completamente inmovilizadas. Es mi perdición.
Me arranca literalmente el top que llevaba puesto y lo tira a los asientos de atrás. Rezo para que aún exista alguna forma de salir de este infierno.
Me toca las tetas, sin parar de reír. De improviso empieza a mordisquearmelas y gimo de dolor. Tengo los senos en carne viva. Luego empieza a desabrocharme el pantalón.
- Por favor para no lo hagas- le ruego en un intento desesperado- qué he hecho yo para merecer esto.
El hombre sigue con su trabajo y me ignora, sacándo cuidadosamente mis vaqueros hasta la parte que le interesa. Lo siguiente serán las bragas.  Acto seguido se quita él también su pantalón del traje y la ropa interior.
Cierro los ojos y me pongo a gritar como una posesa, como si fuera a servir de algo hacerlo. Recoge mis bragas del suelo del coche y para mi sorpresa me tapa la boca con ellas y hace un nudo. Esto es asqueroso. Me quiero morir. Ojalá tuviera aquí un cuchillo. Ya no puedo gritar y desahogarme. Noto como me penetra violentamente hasta sangrar. Me estoy empezando a marear. Todo me da vueltas . Muchas, muchas vueltas. Creo q voy a perder el conocimiento. Veo todo oscuro. Aún así el dolor no cesa, es más, aumenta a cada minuto que pasa.

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