capitulo 13

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Mi pulso se acelera a medida que veo como se acerca.

—leo por que no vas a jugar con tus compañeritos—. Pido con nerviosismo

—de acuerdo señorita—. Responde y veo cómo sale corriendo hacia sus compañeros que juegan a varios metros de aquí.

— ¿qué mierda haces aquí? —. Pregunta muy cabreado ya frente a mí.

—yo solo quería verlos—. Respondo.

—¡VÁMONOS! —. Grita tomando mi brazo con demasiada fuerza, provocando que suelte varias muecas de dolor.

—¡Emma! —. Grita a nuestras espaldas cáterin.

—¡lárgate de aquí! —. Ordena Derek.

—pero...—. Su mirada se dirige a mí y yo hago una seña con la mano que estaré bien, aunque ni yo misma crea eso. Ella solo asiente no muy convencida, en su mirada puedo ver la angustia.

Mi brazo empieza a hormiguear debido a la fuerza con la que toma mi brazo.

—podrías soltarme—. Susurro saliendo del orfanato.

—¡CALLATE! —. Espeta con los dientes apretados.

No digo nada más, porque sé que si digo más me va a decir cosas que no me van a gustar así que mejor dejo las cosas así.

Muerdo mi labio inferir para no gritar, cuando me suelta con brusquedad al interior del auto.

Cierra la puerta dando un portazo que hace eco por el todo en interior.

Veo como recorre el auto hasta que se detiene en la puerta del piloto la abre y entra repitiendo la misma acción con la puerta.

De reojo puedo ver su cuerpo rígido y la mandíbula tensa, a simple vista sé que está más que enojado, pero porque si no hice nada malo.

Escucho como el motor es encendido y segundos después como todo va quedando atrás.

—lo siento—. Murmuro controlando el llanto.

— ¿sabes lo que acabas de provocar? —. Niego con la cabeza. —todo el maldito pueblo sabe de tu existencia! —. Exclama dando un fuerte golpe al volante.

—pero si yo solo fui al orfanato—. Menciono con las lágrimas a flor de piel.

—que estúpida eres—. Responde con gracia. —tu maldito olor se puede percibir a kilómetros de donde estés—.

Las lágrimas empiezan a bajar por mis mejillas, obligándome a cubrir mi rostro con mi cabello para que él no me vea llorar.

Varios minutos después siento como el auto detiene su andar.

Abro mis ojos, ya que los tenia cerrados y puedo ver que nos encontramos enfrente de la casa, rápidamente abro la puerta y salgo de prisa del auto.

Estoy a punto de cruzar la entrada cuando siento su mano tomar nueva mente mi brazo con brusquedad asiendo me girar quedando cara a cara.

—escúchame bien no quiero que vuelvas a salir de aquí a menos que yo lo ordene—. Amenaza con voz neutral, pero autoritaria.

—tu...no eres mi dueño—. Por fin hablo, no sé cómo lo dije, pero por fin no me quedo callada ante su manera de hablarme.

Su mirada conecta con la mía y se a simple vista que mis palabras le molestaron más de lo que está.

Su rostro se acerca a mí y dirige sus labios a mi oído.

—toda tu me pertenece—. Susurra causando que mi cuerpo responda al contacto de su aliento en mi piel. — tu cuerpo, tus gemidos, absolutamente todo de ti me pertenece—. No puedo evitar el revoloteo de las maripositas al escucharlo decir esas palabras. —no te emociones...porque lo que dije no significa que te quiera, si llego a follar contigo solo será por diversión no por algo más—. Mi vista se nubla debido a las lágrimas que contienen mis ojos. —jamás llegaría a sentir algo por alguien insignificante como tú...con las prostitutas que me acuesto se me hacen más cosa que tú...—. Lo interrumpo y me suelto con brusquedad de él y lo volteo a ver ya con lágrimas corriendo por mis mejillas.

— basta —. Suplicó en un hilo de voz debido al nudo que siento. — yo no pedí esto...yo no pedí sentir esto—. Señalo mi pecho. —sé que nunca me vas a querer eso me lo dejas claro día a día, pero no es necesario que me humilles cada vez que puedes...—. Él no dice nada solo sus ojos evalúan cada movimiento que hago. —...deja me ir—. Suplico. —por favor...no permitas que esto que siento crezca más...por favor deja me ir—. Suplico con desesperación, sé que con lo que dije estoy confesando lo que siento, pero en este instante no me importa porque con todo el dolor del mundo prefiero alejarme de él antes que lo que siento crezca más y él se encargue de romperme con cada palabra.

Su rostro es sustituido por uno con gracia, no sé qué le causa tanta risa.

—te enamoraste de mí...que estúpida—. Se burla de mí.

—y...yo—. No sé qué decir ni como negarlo yo misma lo acepte.

En un descuido lo tengo enfrente de mí, no me da tiempo a reaccionar cuando toma mi rostro con ambas manos y entonces une sus labios a los míos, se mueven lentos como esperando a que le corresponda y yo como toda una masoquista le correspondo, disfruto de su suavidad, de su calidez, cuando mis brazos son levantados para colocarlos en sus hombros se aleja de mi rápidamente, dejándome desconcertada.

—con ese beso me dejaste más en claro que me amas—. Indica con burla, y yo no puedo evitar sentirme usada. —pues lo siento por ti. Porque de aquí no vas a salir y lo que sientes por mi jamás será correspondido...sé que eres mi mate y que no puedo evitar sentir algo por ti, pero créeme que haré todo lo que este en mis manos para que ese sentimiento no salga a relucir—. Sentencia.

—¿por qué? —. Susurro. — yo no te hecho nada para que me trates así, yo no tengo la culpa de a ver nacido así—. Me señalo.

—con él simple hecho de a ver nacido así es suficiente para odiarte—. Dice como si yo hubiera decidido a ver nacido así.

—yo no tengo la maldita culpa...yo no sabía de su existencia para mi ustedes eran una fantasía y ahora resulta que los hombres lobo existen y sobre todo soy mate de uno, de alguien que odia a los de mi especie por algo que yo no hice, que yo no tengo la culpa de lo que hicieron esos cazad...—.

—¡¡maldita sea cállate!!—. Grita mientras se toma el pelo con frustración. — cállate—. Vuelve a repetir y noto como trata de controlarse. —todos los de tu maldita especie son iguales—.

—eso es mentira. Tú no me conoces no sabes nada de mi para decir que yo soy igual que ellos—. Exclamo.

—es cierto no sé nada de ti. Pero puedo asegurar que eres igual que ellos alguien hipócrita, que tiene todo lo que quiere con solo tender la mano—.

Que equivocado estas.

mi vida, no es cómo crees. Así que no juzgues sin antes conocer—. Menciono tratando de controlar mi llanto.

—tu vida me importa una mierda, me importa poco lo que eras antes y lo que eres ahora. Por mi estarías mejor muerta—. Dice con tanta repulsión.

Yo no digo nada, aunque quisiera decirle mil cosas no digo nada, me quedo callada como siempre.

Lo escucho soltar un sonido por la boca y segundos después sus pasos se hacen resonar por toda la estancia.







Una humana para el alpha. (Fanfic Derek Hale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora