El Herido Vigía del Cielo

1 0 0
                                    

Ya después de haber empacado todo lo necesario para tan peligroso viaje, Jaden abre la puerta de su humilde hogar, voltea un poco la vista mirando a Larisa fijamente a sus ojos despidiéndose con una sonrisa y recordando lo último que le dijo:

-El vivirá, no te preocupes. Todo va a salir muy bien.

Y es así, como el decidido Jaden emprende lo que sería su primera aventura. Era más interesante para el considerarlo eso, una travesía. Pero en realidad, era más que eso. Era el inicio de su entrenamiento, estaba seguro que en la montaña traicionera de Syn encontraría, no solamente el hongo curativo de Layth, el que solo florecía en la cima del mismo, sino que sabía que los obstáculos con los que se iba a topar no iban a ser sencillos, lo que lo motivó aún más a seguir hacia adelante, era terco, su objetivo: hacerse mucho más fuerte.

Su pequeño saco color naranja, que perdió una notable cantidad del tono original que lo caracterizaba años atrás, era el que usaba para guardar lo necesario para la travesía hacia Syn. No estaba muy lleno, solo llevaba lo necesario –lo que él consideraba necesario- como una soga, de una longitud menor de 20 metros; 2 tablas pequeñas de madera, que utilizaría para acampar si fuera necesario y la daga de Terance, que usaba para cazar. Por supuesto, su brújula siempre la llevaba consigo, era más que un artefacto que pudo salvar de aquel desastre ocurrido en su pueblo natal, era un recuerdo, no sabía cuál. Pero estaba seguro que algún día se daría cuenta de lo que significaba para él.

Ya pasaron un par de horas desde que Jaden entró en el bosque que lo dirige a su destino, la oscuridad era casi absoluta, salvo una pequeña iluminación, que desde donde estaba en ese momento era no más que un punto llamativo, como una estrella, una diminuta partícula brillante proveniente de los faroles que rodean las casas en Jade. Había otra fuente de luz, la luna brillaba, se contemplaba el hermoso cuarto menguante en el que ya estaba, pero no parecía estar de buen humor, ya que era poco notable la iluminación que reflejaba. Para Jaden esto era suficiente, en realidad, no era la primera vez que iba al bosque de noche, ya se había escapado de casa varias noches, y cazaba con las sombras de los arboles a su favor.

Se encontraba frente a un árbol inmenso, cuyas raíces brotaban por varios metros cuadrados a su alrededor, como si el árbol quisiera abrazarlo. Decidió escalarlo, era perfecto, podía aprovechar su altura para localizar la montaña que estaba buscando, justo estaba a su derecha, Gigante, desde lejos se denotaba la ausencia de flora en la montaña, solo una roca enorme, cubierta de nieve. Ya el podía sentir cómo la temperatura iba bajando lentamente con cada paso que daba más cerca de su objetivo. Decidió seguir avanzando, cada segundo era vital para la vida de Terance, él lo sabía muy bien.

Ya faltaba poco para que amaneciera, el chico se las había arreglado para recolectar algunas frutas, que afortunado, al lado del árbol donde contempló Syn había uno de mangos, aprovecho semejante oportunidad para llevarse algunos. Cazó un conejo que tiene planeado utilizar como platillo principal para su cena cuando acampara al día siguiente. También aprovechó la situación y afiló su daga con una roca, cuya estructura era apta para ello. Todo estuvo muy pacífico, los ruidos que se detonaban eran solo de los insectos aleteando y llamando la atención del sexo opuesto con sus ruidos de apareamiento, los arboles por otro lado estaban en silencio, salvo algunos cuyas ramas querían ser escuchadas por los demás seres de su misma especie en el bosque, gracias a una ventisca que permitía que ocurriera esto. Hasta unos segundos después, que pudo sentir como alguien lo estaba observando, el no lo veía, pero estaba ahí, en algún lugar cerca del perímetro donde estaba, a Jaden no le cabía duda alguna sobre eso.

-¿Quién anda ahí?- Rodea con el rostro toda el área, visualizando alguna actividad sospechosa, digna de su atención, pero el silencio volvió a subyugar el bosque.

La Brújula OxidadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora