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La fresca brisa que había provocaba que la cabellera de Jade se eleve un poco mientras analizaba los detalles del lugar que ahora sería su nuevo hogar. Desde la torre de vigilancia se podía ver perfectamente todo, cada lugar que habían construido en estos cinco años.
—Esto a el área mi querida Jade—La chica asiente sin despegar la mirada de la gran abertura que había frente a ella, después de saber que era un laberinto, la curiosidad solamente había despertado en ella, especialmente al escuchar ruidos desconocidos venir desde el interior—No se te ocurra novata.
— Solo estoy viendo tranquilo, no pienso suicidarme entrando ahí—Responde con simpleza.
No tenía curiosidad de salir e investigar lo que había, simplemente le daba curiosidad la construcción de este lugar y como parecía cambiar la distribución cada cierto tiempo.
Y en ese momento los muros se cerraron frente a ella, produciendo un estruendo que llamo la atención de cada persona, irrumpiendo en sus actividades por unos segundos, algunos habitantes veían como las puertas cerraban exitosamente, mientras que para otros les era indiferente aquel momento, como Gally, quién se encontraba preparando una bebida extraña junto a la cocina.
—Alby—lo llaman desde el pie de las escaleras —Minho quiere hablar contigo.
—Vamos Jade—asiente, comenzando a bajar con precaución los escalones hasta aterrizar en el césped.
Sacude sus manos, levantando la mirada de estás topando su vista con el castaño, entrando en una especie de trance al sentir su corazón detenerse un momento y la sangre abandonar su cuerpo al estar frente al desconocido.
No sabía su nombre, pero sentía la necesidad de correr y abrazarlo, frustrada de no encontrar en su mente recuerdos del castaño, sin ser consientes de las miradas entre Alby y Minho al verlos como estatuas frente a frente, incapaz de hablar y el rostro neutro.
—Jade, debo dejarte—el contacto de su mano apoyarse en su hombro la trajo a la realidad, parpadeando repetidas veces, asiente con una sonrisa y le agradece el recorrido antes de verlo alejarse.
—Hola Larcha—Newt se para junto a ella, extendiendo un vaso de agua en su dirección —¿Qué fue esa mirada con Tomy?
—Su rostro me es familiar, siento que lo conozco pero no sé de dónde.
—Puedo traerlo para ti—niega con una sonrisa.
—Gracias Newt, has sido muy amable conmigo.
—Es todo un placer hablar con una chica, los larchos me aburren.
—Me incómoda tanta atención.
—Eres la primera chica que ven desde... Bueno nunca han visto a una antes — sonríe—¿Ya has puesto tu nombre en el muro?—Niega—Ven, vamos a ponerlo, eres una larcha más.
