#2 Latidos Para Siempre SAGA ALMAS ETERNAS

Capitulo 12

Lucien.

Corre- dice Hathor y sé que ella ya está buscando una manera de salir de esto.

Las paredes comienzan a dividirse y máquinas comienzan a salir por el lugar rodeándonos, tomó aire pero sé que esto es una pérdida de tiempo así que me concentro, tomo la energía que he robados y la utilizo para mí. Mi cuerpo vibra de nuevo, mi regente ruge a la vida y se desplaza por mi cuerpo liberándose ahora seré indestructible.

Las máquinas comienzan a disparar una y otra vez, pero yo soy más rápido. Salto por el lugar llegando a una de ellas, tiene cuatro patas que lo sostienen y otras cuatro que disparan sin deterse un segundo, salto de nuevo esquivando cada ataque, sujeto dos de sus brazos y los arranco, aceite comienza a derramarse haciendo que la máquina tropiece.

No pierdo el tiempo y envío un rayo directo a ella friendo  sus circuitos. Hathor aparece a mi lado y me lleva con ella aterrizando unos metros más allá de las máquinas, estás son rápidas y nos persiguen.

Tenemos que destruirlas antes de que graben todos nuestros movimientos- dice ella agitada- fueron creadas por Sylas y le sirven a el para estudiarnos.

Mierda- digo furioso, la ira retorciéndose en mi piel, hace que mi regente se libere aún más y cubra casi todo mi cuerpo con sus rombos- romperé el cuello de  ese bastardo.

Levanto mis manos y rayos vuelan directo a ellas haciéndolas explotar y terminando el problema. Mi pensamiento no dura mucho porque cuando acabo con ellas, otras más aparecen y vienen directo a nosotros, ambos saltamos separándonos, Hathor toma a una y la golpea enviándola a volar hasta estrellarse en la pared.

Eso es genial - digo sonriendo pero la que se dirige a mi abre sus patas y comienza a disparar. Salto tratando de esquivar cada uno de sus disparos pero esta es aún más rápida que las anteriores. Salto por el aire y comienzo a dispararle rayos, cortó sus patas y caigo directo a su cabeza, cubriendo mis puños con electricidad la hago polvo en un parpadeo.

Quedan dos, sonrío. Son dos disparos fáciles y los hago destruyendo sus cuerpos como las anteriores.

Esto es demasiado fácil Hathor- digo y la busco, pero no encuentro respuesta de su parte.

¿Hathor?- grito de nuevo, pero no hay respuesta lo que me pone alerta. Camino apartando los restos de metal y entonces la encuentro.

Un cuerpo de metal brillante la sostiene por el cuello, mide unos tres metros, brazos gigantes al igual que sus piernas y el resto de su cuerpo, donde tiene que estar su rostro se encuentra una cabeza plana, sin ojos ni boca. Una simple máquina de matar.

¡Hathor!- grito y salto pero soy interceptado por una al instante, al igual que a ella me sostiene del cuello cortando el suministro de aire.

Ellas están diseñadas para pelear contra los alterados, incluso tal vez con un elemental, pero yo soy más fuerte que ambos puedo sentirlo en mi piel cuando mi regente regresa a mi brazo en dos simples rombos negros.

Te haré polvo- digo.

Tomó sus manos y el metal automáticamente se hace cenizas, lo golpeo en el pecho y cae en un bulto de polvo, salto de nuevo y sujeto al que atrapó a Hathor y corto sus brazos con un rato. Golpeó su pecho con mi puño y lo atravieso, segundos pasan y se vuelve polvo.