#2 Latidos Para Siempre SAGA ALMAS ETERNAS

Capitulo 19

Lucien.

¿Donde fue?- dice Mía hundiéndose más en mis brazos.

No tengo idea- la curiosidad es grande, pero desde nuestro encuentro ella no se había atrevido a c el abrazo y ahora lo estaba haciendo no iba a dejar escapar la oportunidad.

Pasamos un momento así abrazados, cuando nos separamos comenzamos a recordar los momentos en los que fuimos una familia. Como un día padre intentó peinar a Mía y terminó con su mano enredada en si cabello. También la vez donde nos enseñó cómo controlar nuestra fuente, Mía lo hizo a la perfección mientras por mi lado no sucedió nada, tiempo más tarde me daría cuenta que estaba defectuoso o al menos era lo que yo creía.

Padre nunca me vio como un elemental menos, siempre me entrenó tal y como lo hizo con los otros de su clase. Quisiera recordar más de mi tiempo antes de estar con ellos pero si intento escudriñar un poco en mi mente solo veo oscuridad y miedo, pero este no era momento para pensar en mi o mis problemas.

Padre te amaba- dice Mía retorciendo sus dedos, toma una respiración para evitar llorar y sigue- siempre dijo que tenía que ser como tú. Que fuese más fuerte que siempre intentara ser mejor que los demás...- suspira de nuevo- como tú lo eras. Para el siempre fuiste el mejor de su clase a pesar de no tener ninguna habilidad siempre el te miraba como el más fuerte.

Eso reconstruyó una grieta muy profunda en mi alma, sanando una herida que no sabía que tenía- gracias- dije sonriendo.

Ella llora más- lo extraño Lucien, lo extraño mucho- dice mientras hebras de su pelo vuelan, sus emociones hacen que su habilidad se descontrole un poco.

Yo también lo extraño pequeña- tomo su mano y la coloco en mi pecho- el está aquí en todo momento. En mi corazón y en mis recuerdos. Padre fue el mejor de todos y tu lo sabes. No entristezcas su recuerdo llorando, se que estás muy pequeña para entenderlo pero son cosas que pasan pequeña. Duelen pero solo necesitamos seguir adelante.

Hablar con Mía siempre es tan difícil, más porque a su corta edad es una niña muy inteligente, pero eso no lo hace más fácil. Muchas veces que intenté calmarla por haberse raspado o roto alguno de sus peluches yo terminaba con algún hueso roto o clavado en una pared, pero justo en este momento lo toma bien.

Aveces quisiera crecer muy rápido- dice ella viendo sus pequeñas manos- pero no solo soy una niña.

No solo eres una niña- digo sonriéndole- eres mi niña Mía... tal vez tu madre te nombró así para que en un futuro fueras Mi hermanita y no me dejarás solo.

Tal vez- dice sorbiendo sus mocos lo que me saca una mueca de adoración y náuseas.

¿Sabes que odio los mocos verdad?- digo agregando otra mueca de disgusto.

Si te atreves a decir algo de ellos, voy y te embadurno de mocos- acerca su dedo a su nariz y levanto mis manos en modo de rendición. Comenzamos a reír como locos, sin tener una razón. Solo por estar juntos en un momento donde solo somos los dos.

¿Te puedo pedir algo?- digo acercándome a ella mientras asiente- ¿me das otro abrazo?

Ella no lo duda y corre a mis brazos, la apretujo en ellos.

De haber sabido que era una fiesta de abrazos no me hubiese escapado- dice Ramc tirando un sin fin de bolsas al suelo, se acerca a nosotros y nos abraza.