#2 Latidos Para Siempre SAGA ALMAS ETERNAS

Capitulo 11.

Lucien.

Vamos tu puedes hacerlo mucho mejor que esto niño- la voz de Sylas suena calmada y sin agitación. Yo me siento tan agotado que no me puedo ni mover- tienes que entrenar o la pobre chica que dice ser tu amiga sufrirá las consecuencias.

No te atrevas a tocar a Hope- digo, me concentro llamo al poco de energía que me queda y mi regente comienza a desplegarse por mi piel liberando rombos tras rombos una y otra vez- te mataré- escupo y salto, en un parpadeo estoy frente a el. Estiro mi mano para sujetarlo pero es mucho más rápido, corre a una gran velocidad evitando mi agarre, pero ya lo he estudiado en dos días sé cómo derribar sus movimientos, sé dónde se dirige y sé cómo defenderme de algo que es mucho más rápido que yo.

Levanto mi pie izquierdo y lo azoto contra el suelo, este comienza a quebrarse bajo mi pie entonces es tiempo. Sylas aparece, salto y lo agarro por el cuello, pero justo cuando comienzo a succionar su poder el maldito sonido explota por la habitación, trato de ignorarlo de mantenerme en pie y succiono su energía pero no dura mucho al siguiente segundo caigo al suelo y el sonido se detiene.

Me tienes tan decepcionado- dice el, es bajo mucho más bajo que yo, su cabeza está rapada y uno de sus ojos es de un tono gris sin iris ni pupila, lo debió haber perdido en una batalla porque una cicatriz cruza su cara. Mientras su otro ojo es marrón. Un alterado único en su especie. Manipula su cuerpo a una gran velocidad- pensé que esta vez enserio me matarías.

¿Que rayos quieres conmigo?- digo y siento cómo cada fibra de músculo duele.

Estoy estudiándote- dice el- todos los de tu especie tienen un límite, yo los conozco todos pero ninguno es tan peligroso como el tuyo. Poco a poco iré descubriendo como se desarrolla tu habilidad. Y entonces te mataré.

Soy único, lo he descubierto pero ellos no pueden darse el lujo de matarme y encontrar a otro como yo. Salto de nuevo para aparecer justo detrás de el y le susurro.

No tienes idea de lo que puedo hacer- uso el tono más frío, el tono que congeló a la alterada en la sala de regencia. Uno que promete que es el último que escucharas pero el no se mueve, simplemente sonríe y se da la vuelta.

Tus trucos baratos no sirven conmigo- dice- he estudiado a todos y cada uno de ustedes.

Entonces mátame- digo- pero deja ir a Hope. Haré lo que tú quieras solo déjala ir.

No- dice- mi colega se está divirtiendo mucho con ella.

Esto apaga mi cerebro, la parte oscura de mi sale. Esa parte que mantengo encerrada y enjaulada comienza a llamarme. Pide que la libere y lo hago. Mi regente se  reduce a dos rombos negros en mi brazo. Puedo sentirlos a todos y cada uno de ellos, cada alterado en el edificio y entonces los tomo a todos, me alimento de ellos. Donde su fuerza se siente indestructible yo la hago Mía incluso la de Sylas, entonces el cae a mis pies. Doy un paso y el palidece. Luego otro y el sonido explota en la habitación pero eso ya no me detendrá. Uno más y tomó su cuello, pruebo su energía la copio y la hago mía hasta dejarlo seco.

Detente- Vadim aparece y cuando lo veo cae al suelo, su energía es mía ahora. Yo soy imparable. Yo soy único.

Detente por favor te matarán- dice la pequeña Hathor.

Cuando la veo y sonrío su rostro se vuelve pálido como la primera vez que me alimente de ella y luego cae.

Basta- dice ojos plata y entonces lo siento de nuevo sus cadenas me reprimen, me atrapan y me envían lejos. Sin nada. Sin poder. Sin fuerza. Solo.