aprendiendo a ser romántico ✧ p. chanyeol

dos.

—¡No, Chanyeol, así no!—reí.

Estábamos de nuevo en la lavandería, pero esta vez le enseñaba como comportarse en la mesa.

—¿Entonces cómo?—gruñó.

—De afuera hacia dentro—dije.

—¿En verdad tengo que hacer esto?— me miró suplicante.

—Pues si, a menos que tu cita romántica sea en un restaurante de comida rápida—reí.

—No sería mala idea—sonrió.

—¡Chanyeol!

—Vale, es mala idea—rió—Entonces tomo este pequeño tenedor—lo tomó.

—Exacto, se usan de fuera hacia dentro—sonreí—Ahora la servilleta de tela en tus piernas.

—¡Pero si esto es una servilleta de papel!

Tomó la servilleta y ambos soltamos una carcajada. Dios, ni sabía que esto iba ser así de divertido.

—Imagina que es de una tela, no tenemos de esas aquí—reí.

La puso en sus piernas y me miró sonriente.

—Ahora, una copa es para él agua y la otra para él vino ¿de acuerdo?—dije.

—De acuerdo.

Tome aire profundamente. Quisiera que faltara más de 3 semanas para poder pasar más tiempo con él.

—Ahora, cunado estes con ella deja que hable—dije—Sabes que le encanta hablar de si misma todo él tiempo—gruñí.

Chanyeol me miro mal, él sabía que detestaba a su novia. No por ser novia de él, si no por lo que me había hecho cuando iba en este internado. Nos odiabamos a morir, y pensar que había sido una de mis mejores amigas.

—Vale, perdón—dije seca—¿Sabes cómo y cuándo le darás él anillo?

—Después de la cena pero no sé cómo.

Fruncio él ceño, se mordió él labio y se acaricio la barbilla con la mano derecha, como hacia cada vez que se concentraba. Me le que viendo, Dios este hombre era demasiado sexy. Tarde en darme cuenta de que tenia la boca abierta, afortunadamente no babeé. La cerré y espere.

—¿Y bien?—preguntó.

—¿Qué?

—Creí que me darias una idea que como proponerle matrimonio.

—Pues lo normal, ¿por qué no te pones de rodilla y le pides matrimonio?

—Hm, no sé—dijo.

Entonces escuchamos voces, ambos pegamos un salto y corrimos a apagar la luz de la lavandería. Nos escondimos entre la lavadora y un cesto de ropa limpia, me subí en sus pierna porque no cabíamos, así quedando sentada en su regazo.

—Nos van a matar—susurré.

—Shh...—me dijo.

Recargue mi cabeza en su pecho y esperamos a que las voces cesarán, pero tartadan mucho. Entonces me quede dormida.

(...)

Pestañeé varias veces para adaptarme a la luz que entraba por una de las ventanas. Dios, me dolía él cuerpo. Entonces me percaté de algo, no estaba en mi dormitorio...¡Seguía en la lavandería! Y me habia dormido en los brazos de Chanyeol. Ambos seguíamos en el suelo y él tenìa la cabeza recargada en la pared y me abrazaba con fuerza.

—Chanyeol—susurré lo sacudí suavemente del hombro.

—¿Hm?—se quejó.

—Despierta, grandulón—sonreí.