Capítulo 3

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Isla de DeBlanc, mar de Washi, suroeste de Augur

La dragona aterrizo con elegancia mientras era recibida por un grupo de personas, Shigure tomo su forma humana e hizo una pequeña reverencia hacia una niña pequeña de unos 12 años

-¡Miren lo que trago el viento del noreste!- dijo la niña mientras se acomodaba un par de mechones albinos mientras le sonreía a la recién llegada

-Hola, Camila, vieja amiga- digo cortésmente la pelinegra mientras se incorporaba. Camila guio a Shigure hasta su castillo mientras eran seguidas por los dragones nobles, ya en el castillo la dragona de plata le digo la razón de su visita

-Mi amo está armando un ejército secreto para repeler la invasión del reino de Northland y necesitamos tu apoyo con un par de dragones- dijo la mayor mientras que la menor tomaba un sorbo largo de té silvestre

-Shigure, sabes que te apoye con la idea de que los humanos considere nuestras dos islas de origen como un reino más del continente, pero sabes que los dragones blancos no somos una raza de combate- sentencio la niña mientras seguía concentrada en su bebida caliente

-¡Por favor, Camila! , el continente está en peligro y los Símbolos también, ¡sabes que si los símbolos caen en manos equivocadas seria el fin del mundo!- contesto algo molesta Shigure mientras golpeaba la mesa de impotencia haciendo que la pequeña albina de un pequeño salto

-Lo siento, Shigure, pero surgió algo más importante que la amenaza humana, el sello que contiene cerrado al Dragón Elemental está perdiendo energía y no puedo permitirme el lujo de no prestarle atención- respondió la menor mientras se levantaba de su asiento. Shigure se despidió de su amiga y emprendió el viaje de vuelta al continente algo molesta por no recibir el apoyo de los dragones blancos para la batalla.

Mudtale, actual territorio de Shenfield

El joven Karrlowich y su compañera Yuri por fin habían llegado al pueblo de Mudtale, el camino no fue fácil ya que tuvieron que evitar las tropas de Augur además de presenciar un combate para recuperar el pueblo que terminó en fracaso. Los jóvenes apenas entraron al pueblo fueron aprendidos por soldados de Shenfield pero luego los liberaron cuando vieron el escudo de Sheffield en el escudo del joven noble que pidió hablar con el hombre al mando y fue una sorpresa para el muchacho ya que el general era un buen amigo suyo

-¡Hay no puede ser!- dijo la voz grave de un joven de músculos grandes y de cabello corto rubio

-¿Sid?- preguntaron Augustus y Yuri al mismo tiempo mientras abrazaban a su viejo conocido, luego de varias risas el joven noble le conto su plan al rubio

-Creo que podre darte algunos hombres y algunos jinetes de Mudtale que son muy buenos, pero lamentablemente no puedo salir de aquí el rey me colgaría- diciendo lo último en tono de broma digo el rubio, el pelinegro le agradeció a su amigo y se despidieron su nuevo objetivo sería el lugar donde el ejército secreto se escondería y esperaría para defender su continente.

Pueblo de Shell, Northland

Mirando al anochecer se encontraba Odd aun temblando por lo que le prepararía el futuro, cuando de repente sintió alguien le tocaba el hombro, exaltado se giró y vio a su amigo y camarada León que tenía la misma edad Odd, sus ojos eran celestes como un cielo radiante y su cabello era pelirojo

-Odd, ¿Estas nervioso?- dijo el muchacho mientras miraba seriamente a su amigo

-Estoy bien- mintió el rubio mientras miraba el cielo estrellado, el pelirojo solo suspiro y dejo solo a su amigo.

El emperador Kureto seguía mirando el mapa mientras planeaba bien como serían los desembarcos, estaba ansioso ya que faltaban dos semanas no más

Por fin cumpliría el sueño de su padre y el suyo para obtener más poder ya nadie cuestionaría su reinado; el gobernante fue sacado de sus pensamientos por varios golpes, estaban tocando la puerta de su habitación

-Pase- dijo mientras miraba a la persona que entraba, que era Oswald que estaba más nervioso de lo normal

-S-señor emperador, creo que la idea de tomar los símbolos es una mala idea, señor- digo el general con voz temblorosa

-¿Por?- pregunto el pelinegro arqueando una de sus cejas

-Porque según leí, en algunos libros de la biblioteca del pueblo es que si los orbes caen en manos equivocadas podría ser el fin del mundo- dijo el hombre mientras miraba a su superior que emitió una mueca como se estuviese sonriendo

-Creí que no creías en historias de hadas, general, pues si tanto miedo tiene puede dejar su puesto y ser ejecutado por traición- el general negó con la cabeza y salió de la habitación cerrando suavemente la puerta.


Leyendas de Gensekyo: Los seis símbolos de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora