Capítulo 4

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Solaris, antigua capital del reino abandonado de Morquio (1 semana para la invasión)

Los hombres y mujeres que se ofrecieron como voluntarios para defender el continente escuchaban atentamente al joven noble que les indicaba donde podrían ser los puntos de desembarco de las tropas enemigas, ajena de la explicación se encontraba Shigure que miraba el cielo del anochecer, estaba tan distraída que no noto la presencia de su amiga Yuri

-¿Sucede algo, Shigure?- pregunto la castaña mientras se acercaba a la dragona

-No, Yuri, solo pensaba- respondió la pelinegra mientras miraba a su amiga mientras daba un largo suspiro

-Ya veo- contesto la sacerdotisa mientras le alcanzaba un poco de pan mientras que se sentaba junto a ella

-¿Sabes, Yuri?, esta será mi primera guerra- la muchacha sonrió levemente mientras bajaba la mirada

-También será mi primera guerra- la castaña suspiro mientras miraba el discurso de su amigo de la infancia y recordaba como lo había conocido; aquella tarde lluviosa de Noviembre mientras recogía flores fueras del templo; aquella tarde un niño que había llegado con un noble se le había acercado y hablado, la castaña emitió una leve sonrisa mientras seguía observando el discurso.

Luego de la planeación para detener a las tropas de Kureto, el joven Karrlowich bebió un poco de vino mientras lustraba su espada, estaba un poco desanimado ya que no tendría la ayuda de los dragones blancos pero a la vez podía contar con los de plata

-Señor, ¿Por qué no duerme un poco?- pregunto Shigure mientras miraba a su superior con algo de preocupación

-Estoy bien, Shigure no te preocupes- respondió el pelinegro mientras le sonreía, la joven le devolvía la sonrisa mientras se sentaba junto a él

-Amo, ¿Está preocupado?- rompió el silencio la chica mientras miraba al joven noble que aún seguía dándole mantenimiento a su arma

-No, solo es que no quiero que tú y Yuri salgan lastimadas- sentencio el pelinegro mientras miraba a la dragona, esta se sonrojo levemente mientras que provoco que su amo sonriera aún más

-Yo tampoco quiero verlo lastimado, Señor- dijo la chica con cierto temor; el joven la miro un rato en silencio y se acerca para darle un abrazo esta acción hizo que la dragona se sonroje más.

Norwich, capital del reino de Shirogane

En un enorme campanario se encontraba Sir Andrew Karrlowich, que se encontraba alimentando a su halcón mensajero

-General, su majestad lo necesita- dijo un soldado joven mientras hacia una pequeña reverencia, el hombre se dirigió hacia el castillo, allí el rey Asgore que se encontraba con el consejo de guerra

-Su majestad- saludo el noble mientras hacia una reverencia

-Bienvenido, general, bueno nos llegó información de nuestro barco espía- dijo el monarca mientras se levantaba y le entregaba unos papeles, el general los leyó en silencio

-¿Qué el reino de Northland está preparando embarcaciones de guerra?- pregunto sorprendido el hombre mientras miraba a su superior

-Aun no estamos seguros si es para una invasión o que estará planeando Kureto VII- respondió el más anciano de los consejeros

-Pero más vale ser prevenidos, general llevo unos 50 hombres y repártalos en las ciudades costeras- ordeno el monarca, Karrlowich, salió del palacio con cierta culpabilidad ya que su hijo no mentía pero aun no sabían si sus hombres estarían en forma para defenderse de un imperio.

Puerto de Shell, Northland

-¡Solo faltan 5 días, señores! Esos 5 días darán inicio una gran batalla que será recordada por todos los siglos y quedara escrita en la historia de Chroma y sus nombres serán recordados por generaciones, por eso les pido que no tengan miedo de las viejas historias de Gensekyo, dentro de 5 días se convertirán en leyendas- Kureto se bajó del barco donde había dado su discurso motivacional a sus hombres y se dirigió hacia su lugar de descanso mientras era seguido por Oswald

-¡Buen discurso, emperador!- dijo el hombre mientras entraba junto a su superior

-Siempre los doy, Oswald- respondió el pelinegro mientras tomaba el mapa que cuidaba como oro

-Señor, solo quería informarle que todos los barcos están listos para la invasión- el emperador sonrió satisfactoriamente

-¡Perfecto!- musito mientras trazaba sobre el mapa.


Leyendas de Gensekyo: Los seis símbolos de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora