-Ciel? - Toqué a su puerta, él la abrió inmediatamente dejándome pasar -
-Algo no te gusta? - asentí - lo solucionaré -
-No quiero seguir estando sola en una habitación - sonrió -
-Bien, Duérmete conmigo, aunque primero, hay que cenar -
-Yo no ceno - encarnó una ceja acercándose -
-Por qué? -
-Es.. Cosa de mis padres, no importa - dejé el conejo en la cama - cenaré contigo -
-Su - escuché - Debo hacer algunas cosas para la compañía, me atrasé y debo entregarlas mañana, crees que puedas comer conmigo en mi despacho?- asentí - Gracias -
-Ya vuelvo -
-Bien, no salgas a esta hora de la mansión - asentí antes de salir de su habitación e ir a bajar las escaleras -
Al terminar de bajar, vi unas maletas blancas un poco alejadas al lado de una puerta.
Estaba entreabierta, me asomé un poco viendo a Sebastian, de repente corrió hacia otro lugar para tomar unos vegetales, pero su velocidad no era normal, comenzó a correr cada vez más rápido de un lado a otro.
Retrocedi con el corazón acelerado, corrí hacia la puerta de la entrada, pero al querer tomar la perilla, aquel mayordomo se puso enfrente.
-No debería hacer eso, si me tiene miedo pudo decirlo, descuide, no le haré daño - me ofreció su mano pero negué retrocediendo una vez más, alguien me tomó de los hombros, me volteé un poco, asustada, descubrí que era Ciel, me solté viéndolos a los dos -
-Hey, qué ocurrió? Suki, tranquila, ven, tomaremos un chocolate caliente y lo conversaremos - negué -
-Y-yo... Me... Me iré, ya veré como llego a mi casa, solo, por favor - Ciel suspiró-
-Sebastian es inofensivo - me dijo cruzándose de brazos - Sebastian arrodíllate - el mayordomo lo hizo, en mi despiste al mirarlo, Ciel se me acercó para tomar mi muñeca y acercarme - él no hará nada que yo no le ordene - parecía algo molesto - entiendes? Por ejemplo, Sebastian, cierra todas las puertas y ventanas - el mayordomo asintió levantándose, de nuevo, lo vi correr a su velocidad por toda la mansión o lo que podía presenciar ahora, me acerqué a Ciel al ver que Sebastian se detuvo enfrente de nosotros, tomó mi mano para darle un beso -
-Está sana y salva con nosotros -
-Voy a dormir, Sueltame Ciel - dije al tratar de soltarme, sin embargo él apretó mi muñeca -
-Es inofensivo, uno, dos, comerás la cena primero -
-No quiero cocinar hoy - encarnó una ceja -
-Sebastian es quien cocina -
-Oh... P-para ti, yo no quiero - suspiró-
-Cocinará para ambos, tú no tienes que cocinar nada -
-En casa siempre me alimentaba sola, gracias - traté de soltarme de nuevo, nada -
-Pues ahora la cena será cocinada por un Akuma - sonrió - Bien, Suki, cariño, debes estar cansada, por lo que, iremos a cenar y luego a dormir - me arrastró escaleras arriba mientras veía al mayordomo despedirse -
Al llegar a su despacho, abrió la puerta, me metió y la cerró con llave yendo hacia su escritorio, lo guardó en un cajón. Se sentó y puso una silla a su lado.
-Vamos, no debiste bajar, siéntate aquí-
Asustada fui para allá y me senté allí viendo a la ventana.
Ahora cómo me iría?
-Yo, aún te quiero - decía viendo unos papeles - estas un poco loca, pero, eres inteligente y es lo que yo quería en una chica - me miró - también eres... Linda y... No te gusta el rosa - rió por debajo-
-Y-yo... N-no en-entiendo - acercó mi silla a la de él -
-ahora solo estás asustada, te acostumbraras a estar conmigo, lo prometo - acarició mi mejilla - y si esto no funciona, probaremos con otra alternativa -
-Cuál? -
-Te haré la princesita del Caramelo - sonrió - hacemos unos anuncios, serás mi princesa del caramelo con muchos chuches y muñecos - rió - te toca a ti, como el príncipe del caramelo requiero una princesa, no lo crees? - miré hacia otro lugar - muy bien, quiero que sepas que, me gustas - suspiró y comenzó a escribir en un papel, de forma rápida, no podía ver bien lo que exactamente escribía - me gusta tu forma de pensar - decía, seco, lo decía como si ya lo hubiese hecho una y otra vez, como si me lo recalcase pero aún así, con un toque de interés - Eres superficialmente hermosa e interiormente, inteligente y graciosa además de que sabes bastantes idiomas - suspiró - lo lamento pero, esta carta - la cerró para ponerla en un sobre, también lo cerró, de su cajón, sacó una caja pequeña, la abrió sacando una vela roja y un sello. - Ven cariño, hazme el honor, de pequeño siempre me gustaba hacer esto - sonrió, sonreí de forma pequeña por la respuesta, me acerqué poniendo mi silla cerca de la de él, comenzó a poner unas gotas de la vela encima de la punta para hacer de cierre, así nadie la abriría, al poner suficiente, rodeó con un brazo mi espalda para tomar mi muñeca, manejó mi mano hacia el sello e hizo que lo tomase y lo apretara sobre la cera - Por qué estás temblando? Aún estás asustada? Te preocupa algo? - Lo miré, quedamos muy cerca, negué, él soltó mi muñeca, yo quité el sello, el logo de la familia Phantomhive - Bien, ahí viene Sebastian, no te asustes - susurró -
Cuando el mayordomo entró, me sonrió, entró con un carro de servicios, uno de metal que parecía habérselo lustrado, encima de éste, dos platos con, carne, fideos y algunos vegetales casi de adorno, una jarra de algún jugo extraño, seguro debería de ser naranja o algo así, no presté mucha atención.
-Sebastian, quiero... Quiero que envíes esta carta - se la entregó - a... - me miró - a los padres de Suki -
-Q-qué... Qué dice? - pregunté casi en un susurro -
-Es para confirmar Suki, nada malo, lo prometo - acarició mi mejilla, me levanté de mi lugar -
-Qué dice - musité ahora más protestante pero con una voz temblorosa que no pude ocultar -
-Estoy pidiendo permiso para... Para casarme contigo -
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You're crazy, but, I love you (Ciel Y Tú) (temporada 1)
Подростковая литератураCiel, ya cansado de buscar una prometida, con sus 16 años, pensaba en casarse con Elizabeth, pero un flechazo inesperado por Godrik Crown hacia aquella chica la hizo querer cambiar de opinión. Ahora Ciel, debe encontrar a alguien. Así que, decide...