-5 💭 No Quiero Mentirle

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Ya cambiada, entré a la habitación de Ciel silenciosamente y me acosté a su lado.

-Suki, donde...

-Al baño, tranquilo - me acerqué a él luego de que se dió vuelta -

-Suk... Estás fría - dijo abriendo un poco más los ojos, me cubrió y me abrazó fuertemente poniendo mi cabeza en su pecho - Demonios, estás helada -

-Ya me calentaré -

-Qué fuiste a hacer realmente? - apreté mis labios, tenía que decirlo segura -

-Fui para abajo, no podía dormir, caminé un rato por la mansión, no... No salí - acarició mi mejilla negando-

-Si no puedes dormir, me dices, entiendes? -

-N-no te quería despertar -

-Lo sé, lo sé, pero no me gusta que salgas - besó mi cabeza -

Nos quedamos así, hasta que solamente nos dormimos.

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*toc toc toc*

-Ya nos levantabamos, Sebastian - Ciel me movió - Cariño...

-Tengo sueño, cinco minutos más, hoy no tengo que hacer nada -

-Claro que si, tendrás clases con Sebastian - se acercó a besar el puente de mi nariz - vamos, yo igual-

Resultó ser que, tener clases de noche era dar demasiada guerra de día.

Estaba cansada, pero Sebastian me tenia compasión.

Las siguientes dos semanas fueron iguales.

Ciel seguía siendo tan amable como el primer día.

Me sentía realmente mal por mentirle.

Sebastian me llevaba a aquella institución todas las noches y nunca hubo ningún problema a parte de que Ciel se levantaba casi a esa hora y me sentía fría entre otras cosas.

A veces tenía dolores de cabeza, pero de aquellos que pasaban en torno a una o dos horas al estar distraído.

Ahora, con las clases a parte de Sebastian, reforzaba muchas cosas.

Luego, tenía Violín, que es un instrumento que Ciel y yo compartíamos, así que, el peli negro se encargaba de ambos.

Yo ya sabía tocar cualquier canción en violín, lo que a Sebastian le agradaba, buscaba temas más dificultosos.

Lo que no me gustaba era que cuando Ciel se equivocaba demasiadas veces, Sebastian tendía a golpear sus palmas con la nuez del arco del violin.

Lo cual, a él parecía no importarle mucho.

El día en el qué resonó más que fuerte el golpe, salí corriendo de allí dejando el violín en la silla, fui a esconderme en el despacho de Ciel, debajo de su escritorio, así no me encontraría en un buen rato.

No quería ver sus manos después de eso, y si yo me equivocaba, Sebastian me haría lo mismo, eso me aterraba, allá lo hacían con la punta y creo que no era tan malo como... Eso.

-Suki! Estás aquí? Vamos cariño, no duele, Sebastian no te hará daño -

No me moví.

Gruñó y por un pequeño agujero lo vi salir, cerré los ojos con fuerza y me abracé a mi misma.

Unos minutos pasaron.

-Señorita - grité al escuchar aquello, me cubrí los oídos no queriendo escuchar nada -

Ciel vino al instante, se agachó a mi altura y me abrazó aún debajo del escritorio.

-Nadie va a lastimarte - me susurró - nadie, princesa - besó mi cabeza- Sebastian, vete, haz algo para la cena y toca la puerta antes de entrar -

-Como ordene -

Cuando se fue, él se sentó a mi lado, tomé una de sus manos, solo estaba roja.

-Tranquila - besó mi mejilla abrazandome nuevamente - Ven, vamos a sentarnos en un lugar menos...

-No... No quiero, Sebastian va a golpearme con eso si me equivoco, y a ti también - dije en un susurro -

-Qué? No, no te golpeará, le ordenaré que no lo haga, además, yo soy el que le dije que de este modo aprendería mejor, y lo hago, soy muy testarudo -

-Lo sé -

-hey! - reí -quiero casarme contigo, ya te lo dije? - suspiré asintiendo - tú no? -

-Es que... Te... Yo... Te menti y... Tú eres muy amable conmigo y...

-Me mentiste? De qué hablas? -

You're crazy, but, I love you (Ciel Y Tú) (temporada 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora