You're crazy, but, I love you (Ciel Y Tú) (temporada 1)

-6 💬 No Le Digas A Ciel

Ya limpia, con un vestido corto color rojo casi pasando a negro y unas pantuflas que encontré por ahí, caminé hacia su despacho con pasos cortos mirando con interés aquel calzado suave color azul, eran de Ciel, pero no creo que le importe.

Toqué la puerta pasando, él al verme solo me echó una mirada y luego pasó su vista a mis pies.

-Eso te queda algo grande cariño, te compraremos unos nuevos, tranquila- reí -

-Me quedaré con los tuyos - sonreí acercándome -

-Mmmm - Me senté en la silla a su lado - me bañe en tu cuarto si deseas saber - acercó mi silla tomándome de la cintura y sentándome encima de sus piernas- esas son mías - señaló el calzado - Te compraré las tuyas - reí, me abrazó fuertemente -

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Ya en la habitación, esperé a que se durmiese.

Me levanté silenciosamente y fui con aquellas pantuflas hacia el closet, tomé una falda y una blusa con unas zapatillas y luego salí como pude de la habitación sin despertar a Ciel.

Lentamente, fui a vestirme a mi habitación. Sin las zapatillas, pero con medias, así Sebastian no me eacucharia.

Al terminar fui a la habitación del peli negro.

Respiré y entré con cuidado dejando la puerta algo entreabierta.

Sebastian estaba acostado en la cama, su ropa de mayordomo estaba doblada en una silla y él con una camisa sin mangas y un pantalón liviano.

Era... Interesante verlo así.

Me acerqué a la ropa y comencé a buscar el reloj.

-Oh, no no no, Señorita, esto no se hace - escuché cerca de mi oído, unas manos separaron las mías de la ropa.

-No le digas a Ciel - susurré - volveré, lo prometo - dije.

Él se sentó en la cama mirándome.

-Bien, depende de su plan decidiré qué hacer - tomó mi mano para luego con otra, mi cadera, me sentó en sus piernas  - Por qué tiembla? Ha venido aquí decidida a qué -

-A... A... Tu reloj, lo necesito para saber cuando entrar e irme -

-Entiendo, entrar a dónde e irce a dónde -

-Que hora...

-Entrar a dónde e irce a dónde - volvió a repetir -

-Tomé un panfleto ayer, de la IniL, es gratis y solo estudiaré con libros de la biblioteca e... ¿Irme?... Vendré aquí luego de eso - suspiró -

-Vuelva a la habitación del Señorito y duermase - negué cuando quizo bajarme, me sujete a su cuello, lo que lo hizo volver a ponerme en mi anterior lugar, suspiró -

-Quiero ir... Se me hará tarde Sebastian, sacaré buenas notas y volveré antes de las una - miró hacia otro lado -

-No sé qué decirle - confesó apretando los labios - Yo la llevaré y la buscaré, y si en algún momento el Señorito despierta mientras usted no está, listo, ese será su último día, porque no me arriesgaré, ni usted tampoco debería hacerlo - sonreí y lo abracé -

-Gracias, voy a poder estar chicos de mi edad, eso me parece... Wow y...

-Señorita, por favor, no haga esto, se meterá en problemas - dijo preocupado -

-No si no me descubre -

De ahí, se vistió en pocos segundos, mientras yo iba a por unos papeles, luego salimos silenciosamente de su habitación y luego de la mansión.

Me cargó en sus brazos y dijo simplemente:

-Sujetese -

Al llegar, lo que alborotó de gran manera mi cabello, habíamos... ¿Volado? Tal vez, solo corrió demasiado rápido, entonces sí que era un demonio.

En la parte de atrás de la institución a 6 minutos de la entrada, me acercó para tomar mi cadera y... Senti un corte.

-Sebastian! - dije sin gritar pero quería hacerlo -

-Eso es, solo debe llamarme, si se mete en problemas, me llama, esto es de uso único y solo se lo volveré a hacer si ya me había llamado anteriormente, si me tardo, se quedará, si vengo más temprano de lo usual, no se indignará ni tampoco protestará - asentí y salí corriendo hacia dentro -

Esto era mejor de lo que imaginé, las clases eran completas, los libros tenian algunos dibujos, los profesores no te gritaban si te equivocabas y tampoco había muchas diferencias de pensamiento, lo que facilitó mi estadía.

Había un reloj encima del escritorio del profesor, entregué un trabajo que fue algo fácil de hacer y con eso, me despedí y salí de la clase.

Corrí hacia la puerta y me quedé allí unos segundos hasta que Sebastian me hizo una seña rápida.

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Ya cambiada, entré a la habitación de Ciel silenciosamente y me acosté a su lado.

-Suki...