Azul

Parte 1

Hoy desperté temprano creo que estoy aún más nerviosa que mi hermana este día, pero sé que no es así, Rebecca ha dado vueltas por la casa toda la mañana y por sus ojeras sé que no ha dormido bien.

El día está algo nublado pero fácilmente podrían haber 40 grados de calor en la calle; me visto y hago dos cafés muy cargados, le doy uno a mi hermana y bebo el mío, sabe horrible pero no he comido nada real en años, ya ni siquiera sé que nos da de comer el Estado, pero al menos hay comida.

No hemos hablado nada con mi hermana en toda la mañana, no sé qué decirle, estoy asustada y mucho. Quizás esta sea la última mañana que pase con ella, quizás le ira bien y todos podremos ir al nuevo planeta o quizás sea una más de las tantas personas que han sido lanzadas en un cohete y jamás volvieron.

Con esto último siento un calambre en el estómago (¿o es hambre?)Y no sigo pensando en tonterías.

-tienes que buscar un trabajo- dice Rebecca -¿qué?- respondo, por un momento había olvidado que no estaba sola en la habitación. -que tendrás que buscar un trabajo; cuando me valla el Estado dejará de darnos alimentos y tú tendrás que conseguir un trabajo- esto me asusta, había olvidado por completo que ahora debo trabajar -cla-claro hermana- tartamudeo.

Después de eso no estoy muy segura de que decirle, un adiós podría ser, pero sé que no soy lo suficientemente fuerte para despedirme de Rebecca.

Lavo las tazas que ocupamos y me arreglo un poco el cabello, veo a mi hermana arreglándose también, se acerca a mí y me abraza, hundo mi cabeza en su hombro y respiro hondo sé que las lágrimas se me van a escapar pero sigo respirando ,cuando la miro a los ojos ,para mi sorpresa está llorando -tengo un regalo para ti - me dice, más calmada de lo que pensé, yo asiento ,aun no puedo hablar, me toma de la mano y me lleva a su habitación, al entrar veo todo limpio y muy ordenado, no se parece en nada a mi pieza, pareciese que un huracán paso por allí. Hurga entre sus cosas y saca una caja empolvada, la limpia un poco con su mano; jamás había visto esa caja y me lleno de curiosidad.

La abre cuidadosamente, como si fuera un tesoro, la observo mientras busca lo que sea que quiere darme, me atrapa mirándola y sin yo preguntarle nada, me dice -es de mamá- hace una pausa, parece que encontró mi regalo -lo usaba todos los días, un tiempo antes de morir me dijo que te lo diera, no estaba segura de cuando, pero ahora que me iré supongo que es tuyo.

Es extraño que Rebecca hable de mamá, jamás lo hace al menos que yo la hostigue un día entero para que me cuente algo sobre ella, cuando mi madre murió yo tenía 3 años y Rebecca 12, ella jamás me ha contado bien como sucedió todo, solo sé que tuvo una enfermedad muy grave y los últimos meses fueron los peores, creo que me alegra un poco haber sido pequeña en ese entonces.

Tomo la pequeña caja que me entrega, la llevo a mi habitación y la dejo en mi cama. Ya se está haciendo tarde para el lanzamiento.

Hay gente por todos lados con banderines y globos, pero esta no es ninguna fiesta, al contrario nadie salta, sonríe o baila, pero no lo malinterpreten no es que no quieran, el aire tiene tan mal estado que el deporte se ha prohibido estrictamente y más de la mitad de la población sufre de asma o alguna enfermedad pulmonar.

Veo a mi hermana subir al enorme cohete, me busca entre la gente y al encontrarme me dedica una sonrisa, esta podría ser la última sonrisa que veo de ella, me vino a la mente un recuerdo, y me pongo a llorar no puedo evitarlo me dije a mi misma que iba a ser fuerte pero las lágrimas salen por si solas, un niño me ve llorando, seco mis lágrimas con el puño de mi polera y miro hacia otro lado.

A los diez minutos que se hicieron una eternidad, comienza la cuenta regresiva -Rebecca jamás se despidió-digo en voz alta sin darme cuenta; ya es muy tarde para las despedidas.

El cohete está despegando, lo observo irse como si fuera un sueño, como si todo esto no fuera real; así veo al "esperanza" hasta que se pierde de vista en el cielo.

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