-gracias- es lo único que puedo decir cuando llegamos
-necesito algo más que un gracias-me responde, intentando sonreír y levantándose la polera
Tiene una fea herida en su abdomen, está sangrando y ahora lo veo bien; está sudando y respira con dificultad.
Siempre he odiado la sangre, muchas veces me he desmayado, comencé a marearme - voy por ayuda, vuelvo en un minuto-le dije, y corrí donde Helena.
-necesito tu ayuda, hay un herido en casa, por favor Helena-
Ella me siguió sin decir nada y no sin antes sacar su botiquín de auxilios. Helena estudio medicina cuando era más joven, siempre quiso ayudar a los demás, y así lo hizo, pero cuando murió mi madre, y luego su esposo supo que no podría seguir con ello y tomó la decisión de no volver a ser médico ni a curar personas.
Al llegar se sorprendió un poco ¿por qué estaba en mi casa un chico herido con un cuchillo?, pero no lo preguntó, no mencionó nada. De inmediato le saco la polera, yo me di vuelta, no podía mirar, me desmayaría, había más sangre que hace un momento – necesito tú ayuda. Sujeta esta linterna- la tomo y con los ojos cerrados alumbro donde supongo esta la herida, las velas no funcionan mucho para estos casos
–Azul, necesito que abras los ojos y alumbres bien- me dice Helena, no molesta, pero preocupada por hacer el trabajo bien.
Abro los ojos, ella está desinfectando la herida, comienza a sangrar más –necesita puntos- dice, más para sí misma, comienzo a marearme, la casa me da vueltas, pero no puedo desmayarme, no ahora, tengo que hacer esto, ya no soy la niña de 12 años con fobia a la sangre, me mantengo ahí. Mi vecina comienza a coser la herida, literal, y Cristian se retuerce, no se había quejado hasta ahora, debe ser muy fuerte. Comienzo a recordar como golpeo esos chicos, deben haber sido 4 y uno tenía un chuchillo, gracias a él estoy aquí, no sé cómo podría pagarle algo así, yo solo tengo una muñeca adolorida y él un corte profundo en su abdomen.
Cuando Helena termina la curación a Cristián, le da un calmante y este se queda dormido en mi sillón. Yo tomo su chaqueta y la pongo sobre él, comienza a hacer frio, entonces algo llama mi atención, la chaqueta tiene un símbolo, el mismo de las cajas del estado y del cohete donde ahora viaja a miles de kilómetros mi hermana, un cometa, brillante y azul, el logo de la empresa Esperanza, Cristian debe ir a la escuela donde estaba mi hermana, como no lo vi antes, el uniforme ha cambiado, pero no demasiado como para no notarlo.
-ahora me explicaras que fue lo que sucedió- me dice Helena, sacándome de mis pensamientos.
Le conté todo lo que pasó, aunque recordarlo no me hacía nada bien, pase un susto terrible y si no fuera por Cristian no sé qué hubiera sucedido...o quizás si lo sé.

ESTÁS LEYENDO
Azul
Science FictionEs doce de enero del 2067, todos los años en esta fecha se lanza un cohete al planeta "Azul", que está a exactamente 5 años luz de distancia, el mundo entero espera noticias sobre este planeta que podría ser la última salvación de la humanidad. Hac...