Capítulo 13. Enamorados.

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   Julianne y Steve siguieron frecuentándose por alrededor de dos meses, y por más que él procuraba que Julianne le permitiera besarla con más ardor, no había forma de que ella cediese usando la misma excusa de siempre. A Steve se le ocurrió que podía influir en el momento indicado, pero, apenas ella lo intuía, lo contenía. Condescendiente, a pesar de su aflicción, no comprendía por qué ella se empeñaba en mantener cierta distancia dudando, a veces, de que Julianne lo quisiera tal como era.


   Fue un viernes por la tarde, cuando Steve llamó por teléfono a Julianne para organizar la salida del sábado. Cuando pasó por ella, bajo la satisfecha mirada de Helen, la cual estaba muy agradecida de que su hija, al fin, hubiera superado ciertas inseguridades y que aquel joven tan maduro se hubiera fijado en ella. La pareja se decidió por un parque de diversiones, en donde disfrutaron de todos los juegos, excepto de uno que se reservaron después de comer comida chatarra en uno de los puestos. Durante ese intermedio, estuvieron hablando sobre el cumpleaños de Bryan, que sería el próximo jueves, y Steve propuso organizar una fiesta sorpresa en su casa el viernes; a Julianne le encantó la idea, asegurando que Bryan disfrutaría mucho algo así.

   –Genial. Entonces, es un hecho –él aseguró–. ¿Me ayudarás a prepararlo todo?

   –Claro que sí; me encantará hacerlo.

   –De paso, conocerás mi casa.

   Antes de marcharse, fueron al único juego que les faltaba, una especie de túnel del amor, cuyos carritos sólo estaban adaptados para dos ocupantes y llevaban una buena distancia uno del otro. Emprendieron abrazados aquel pequeño paseo romántico, Steve rozó fugaz sus labios y ella le sonrió con cierta complicidad y ternura. Una vez dentro, continuaron con aquel ameno ejercicio, el cual, Julianne sabía lo que costaba controlar, a pesar de que, conocía muy bien que eso era más bien un capricho propio, por mucha molestia que le ocasionara reconocerlo. En cambio, Steve aparentaba ser estoico, pero, en realidad, se sentía muy vulnerable a cada negativa de ella. Bryan una vez había notado aquella compleja situación, así como lo mucho que sufría su amigo, por lo que le dijo que lo suyo era heroico y que, si acaso era por él, que no se preocupara, dándole su permiso de "romperle la boca de un beso," como le había dicho. Y gracias a él, Steve insistía sólo en los momentos más propicios.

   Julianne permanecía en sus brazos dando y recibiendo besos un tanto candorosos, pero, algo diferente estaba sucediendo... y sin plantearlo, Steve se halló besando a su novia con fervor. Al principio, ella sólo se dejó llevar y, en unos instantes, luego de descubrir de qué se trataba, de improviso correspondió aquella muestra de enamoramiento. La vuelta estaba por acabarse cuando ellos se detuvieron para mirarse a los ojos amorosamente. Julianne sonrió, aún en sus brazos; y se fueron muy unidos hasta la casa de ella.

   Ya detenidos en la entrada, se besaron de nuevo, permaneciendo abrazados.

   –Te amo –él confesó cautivado. Julianne se sonrojó escondiendo el rostro en su pecho y sólo allí le respondió.

   –Yo... creo que también... Sí –habló, de pronto, con certeza–, te amo, Steve.

   Él se apoderó de su boca con deleite y sus cuerpos se ciñeron más.

   Las últimas estrellas todavía brillaban en la oscuridad del cielo y, mientras ellas se retiraban, Bryan estaba a unos metros para llegar a su hogar; donde miró dos o tres veces para cerciorarse de que aquella en efecto era su "hermanita," sonriendo ladino para sí, se aproximó a la pareja, que no lo escuchó llegar.

   –Buenos días... –saludó con gesto inalterable. Los dos jóvenes lo observaron–. ¿Se divierten?

   –Hola, Bryan. No te vimos llegar –se excusó el muchacho.

   –Ya veo... Creo que desde hoy, voy a llevar una cámara a cuestas. ¡Clic, clic! –Hizo el gesto de tener una.

   –Bryan...

  –¿Sí, hermanita? –fingió inocencia.

   –Se te ve muy cansado. ¿No piensas que es hora de que vayas a descansar a la "privacidad" de tu cuarto? –Bryan estalló en risas, las cuales Julianne hizo callar con un chistido de súplica.

   –Está bien; me voy. Hasta luego, Steve. –Le dio la mano y, luego, besó cariñosamente a Julianne–. Voy a obedecerte –habló en un tono normal para, luego, susurrarle al oído–. Pártele la boca a besos, se lo merece. –Julianne no pudo evitar reír y Bryan bostezando, finalmente, los dejó a solas.

   –Supongo que ya es hora de irme, aunque no tenga deseos.

   –Sí; ya casi amanece.

   –El lunes pasaré por ti. ¿De acuerdo? –Le dio un ligero beso de despedida.

   –De acuerdo –respondió y él se alejó unos pasos en dirección al auto, mas, se detuvo y giró para verla al escuchar su llamado y ella fue corriendo hacia él para aferrarse y volver a besarlo sin tapujos.

   –¿Y eso? –preguntó afectuoso.

   –Un impulso.

   –¿Podrían ser más seguidos? –Julianne rió.

   –Trataré.


N/A: Qué mal, me olvidé la nota de autor y los agradecimientos XD No, si a veces no sé dónde tengo la cabeza, y eso que no está muy lejos del suelo XD 

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N/A: Qué mal, me olvidé la nota de autor y los agradecimientos XD No, si a veces no sé dónde tengo la cabeza, y eso que no está muy lejos del suelo XD 

Vamos, jajaja, quiero dar las gracias a DennirmarAgus_Bell y a hannaMcute. <3 Las amo.

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