Volví a la Universidad al día siguiente preparado para sufrir durante todo el día, había llegado tarde a casa y, al estar pensando en esa chica por mucho tiempo, apenas había dormido así que, prácticamente, parecía un zombie andante, más aterrador de lo que yo ya era normalmente. Me encaminé sin ningún tipo de estrés a la primera hora, es más, si podía saltármela más que mejor pero, por casualidad ese mismo día, el autobús se había encargado de dejarme más temprano de lo usual. Llegué a clase saludando apenas a mis compañeros sentándome en el mismo lugar de siempre esperando al profesor con mis auriculares puestos. Para hacer tiempo, me puse a mirar algunas redes sociales mientras mis compañeros hablaban entre ellos dejándome cómo un auténtico antisocial.
Eché la cabeza hacia detrás replanteándome seriamente dormir y abandonar esa clase que era terriblemente odiosa, además de pesada tratándose de primera hora. Suspiré a la vez que apoyaba la cabeza sobre mi mochila y apartaba los auriculares de mis oídos, quedaban cinco minutos y con lo cascarrabias que era el profesor que tenía, seguramente acabaríamos teniendo la misma estúpida discusión como si yo fuera un adolescente y no un chico de veinticuatro años a punto de terminar la Universidad. Guardé los auriculares para después volver a fundirme en buscar algo interesante en mi móvil.
—¡Tía qué guapa estás! —Exclamó una voz que por un instante me hizo sobresaltar y mirar a ver de dónde provenía. No fue el hecho de que gritara porque, ni siquiera lo hizo, simplemente, esa voz la conocía. Y vaya que la conocía.
—¿De verdad? Solo me he maquillado un poco más de lo normal —respondió una de las pocas chicas decentes de mi clase esbozando una tímida sonrisa ante las palabras de la chica. La otra tomó sus manos también esbozando una sonrisa.
—Enserio, ¡te queda genial! —Le aseguró ladeando la cabeza afirmando que, realmente, era la persona que creía. Por un momento me sentí totalmente nervioso.
Estaba seguro de que era la chica del autobús, nunca podría olvidar esa voz algo aguda y tierna que tenía. Por supuesto tampoco podría olvidar lo sedoso que se veía su pelo castaño claro que le llegaba por mitad de la espalda, ni sus ojos grandes grises que, seguramente portaban unas lentillas pero le favorecían totalmente. Tampoco podría olvidar sus finos labios rosados y la pequeña nariz que tenía acorde con su pequeña cara además, esa forma de sonreír y ladear la cabeza la habían delatado. Definitivamente, era ella.
Por un momento, realmente sentí que me importaba y, aunque había admitido que me gustaba, no estaba cien por cien seguro, es decir, estaba más confuso que un pato en un garaje y eso, ya era decir. Sentía mi corazón acelerado que, por un lado, parecía más de los nervios por saber que ella y yo tendríamos la oportunidad de al menos ser amigos pero, por otro lado, sentía que era por algo más. Realmente si era más exacto, puede que lo que sentía era una mezcla entre el amor y la corazonada de que esa persona y yo estábamos unidos de alguna manera. ¡¿Cómo no pude darme cuenta de que estaba en mi clase?!
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Two-faced ↣ Taehyung
Fanfiction‹Eres como una moneda, con doble cara› ▹ historia corta. (5 capítulos) ▹ heterosexual. ❨no copias ni adaptaciones❩ publicada; 120317.