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Todos los días me saludaba, me hablaba e incluso, me preguntaba cómo me sentía preocupándose por mí como nunca nadie lo había hecho

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Todos los días me saludaba, me hablaba e incluso, me preguntaba cómo me sentía preocupándose por mí como nunca nadie lo había hecho. A pesar de lo borde y frío que era con ella, siempre me dedicaba una pequeña sonrisa y me decía algo cómo «se ve que no tienes un gran día» para después desaparecer dejándome con un mal sabor de boca ante mi actitud pero, ¿qué podía hacer? Yo era de esa manera aunque me odiara por ello. A penas podía controlarme y, aunque intentara hacerlo por ella no me salía.

Era viernes, uno de esos días perfectos para sentirse feliz, incluso, el tiempo se había puesto de nuestra parte manteniéndose cálido mostrando que se acercaba el final de la primavera. Me encontraba feliz, días como esos me llenaban el corazón de alegría a pesar de ser uno que empezaba con uno de los profesores que más odiaba de aquella Universidad que, a pesar de todo, me iba a aprobar. Entré en clase como normalmente acostumbraba hacer, saludé a penas sin mirar a nadie y me senté en mi sitio pero antes quitando la cazadora que llevaba encima ya que me sentía acalorado.

—¡Taehyunie! —Exclamó una voz que últimamente se me estaba haciendo conocida sobresaltándome al instante. Miré cómo aquella chica se acercaba a mí mientras toda la clase nos observaba.

Decir que estaba preciosa era realmente poco; llevaba un pantalón corto rosa junto a una camiseta blanca ceñida a su cuerpo —que por cierto, dejaba muy poco a la imaginación de cómo eran sus curvas— y encima una cazadora del mismo color que en ella quedaba preciosa. Con esa cazadora parecía un ángel mientras que yo con la mía, parecía todo lo contrario. Se sentó en el sitio libre de mi lado mirándome con una gran sonrisa mientras yo me encontraba perdido en aquella ropa sintiéndome avergonzando por hacerlo tan a la ligera.

—¿Taehyunie? —Pregunté haciéndome el molesto porque, realmente, no me importaba para nada que me llamara de esa manera. Ella encogió sus hombros sonriendo de lado mientras miraba hacia el suelo.

—Somos amigos, ¿verdad? Ya llevamos unos meses hablando —añadió con una sonrisa a la que no pude evitar responder sonriendo de lado. Sí, la verdad es que el tiempo había pasado volando y ni siquiera me había dado cuenta.

Miré detrás de ella molesto obligando a que apartaran la mirada—. No sé porqué quieres ser amiga mía —admití haciendo obvio mi comportamiento mientras ella soltaba una pequeña carcajada y golpeaba a penas mi brazo.

—No sé, simplemente me llamas mucho la atención, los chicos con tantos secretos ocultos son interesantes —dijo tornando la voz a algo más seductora, cosa que me impresionó y aceleró un poco mis pulsaciones.

A ver, no era la primera vez que ligaban conmigo o se me insinuaban, en muchas ocasiones lo habían hecho y yo había utilizado ese momento para hacer algo pasajero con el que divertirme, calmar mis necesidades y seguir sin ninguna preocupación pero, era algo distinto cuando se trataba de una chica que, por lo menos tenía claro que algo me gustaba a pesar de que lo demostrara muy poco. Me daba un poco de miedo que le estuviera empezando a gustar por todo lo que había dicho anteriormente, no quería destrozar su vida.

Two-faced ↣ TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora