Uno

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Desde niña me dijeron que parecía a un hermoso pájaro, porque siempre bailaba, aunque mis piernas se cansaban. Nunca deje de hacerlo.

Seguir bailando... hasta que mis piernas dejen de moverse.

Lo que nunca me imagine fue que un hermoso pájaro, así como pudo volar tan alto, también podría sufrir una caída muy fuerte. Y tal vez no volver a levantarse.

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Lunes. 15:30 p.m.

Estaba en mi cuarto preparándome para ir a mis clases de danza. No faltó nunca a mis clases.
Salí corriendo de mi habitación, bajé por las escaleras y mi madre, quien estaba sentada todavía comiendo, me preguntó tragando un pedazo de carne:

-¿Ya estas lista mi amor?

-Si mamá.-Le respondí tomando un vaso de jugo y llevándolo a mi boca.

Luego de que terminará de almorzar, me dirigí a la puerta de casa, salimos de esta y me subí al auto, dónde mi madre me llevo a mis clases de danzas en la Academia de Ritmos. Y fue ahi donde salió la idea de la boca de mi madre, de realizar el estúpido viaje, me preguntó:

-Hija no te olvides que el Viernes viajamos, quiero que prepares las cosas. ¿Entendiste?

-Si mamá, cuando vuelva prepararé mis cosas.-Le respondí sonriendo.

Tenía muchas ansías de continuar con las clases, solo me faltaban pocos meses para terminar, y tendría mi certificado de bailarina profesional de danzas clásicas.

Al llegar a la academía de danzas, me despedí de mi madre y me bajé del auto.

-Gracias mamá.-Le dije tomando mi bolso y bajando del auto.

Mi madre me dijo sonriéndome y dándome un beso en la mejilla:

-Nos vemos cariño.

Caminé hasta entrar al edificio y de allí me dirigí hacía uno de los salones, dónde estaba mi maestra de danzas Laura, a quien admiro profundamente y de la que, algún día, quiero llegar a ser como ella.
Al llegar llegar, subí por el ascensor, y entré a la habitación donde estaba la profesora.
Ella me vio al entrar y me dijo:

-Cielo llegaste, ven por favor.

Me acerqué y me senté en el suelo con el resto de mis compañeras. Mientras estaba sacando de mi bolso mis zapatillas con puntas, Laura nos dijo:

-Le estaba contando a tus compañeras que la semana que viene presentaremos una muestra en el Teatro. Para eso necesitó que pongan mucho esfuerzo en el baile, entiendo que será una semana muy larga y tendremos muchas cosas que hacer, pero esto, mis niñas, es una gran oportunidad, y no debemos desperdiciarla.

Le dije poniéndome de pie:

-Descuide maestra, haremos nuestro mejor esfuerzo para que todo salga bien.

-Eso quería oír. Bueno niñas, arriba. Prepárense.-Dijo Laura aplaudiendo con sus manos.

Las chicas y yo fuimos a cambiarnos y a ponernos nuestras zapatillas de puntas.
Todavía recuerdo la primera vez que las use, tenía solo diez años, y me costó al principio, pues mis pies no estaban acostumbrados a eso. Sin embargo con el tiempo y la práctica llegué a acostumbrarme a usarlas.

Cielo, Aprendiendo A Volar #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora