Eran las 12:45 p.m.Estábamos volviendo a Nueva York, mientras estábamos en el auto que manejaron desde el hospital. Mis padres se encontraban adelante del auto, y yo estaba atrás, estaba acostada en los dos asientos del auto de atrás, mientras que atrás estaba la silla de ruedas junto con los bolsos. Mire por la ventana, intentando olvidar que en ese accidente que tuve salí ilesa, me salve.
Sin embargo era imposible, y cada vez que me recordaba a mí misma que no podría caminar, derramaba lagrimas de mis ojos. No solo no podré caminar, no podré bailar. Eso me dolió mucho en el corazón.
Finalmente estamos a la ciudad, al llegar no supe cómo sería mi vida ahora. Que hare con mis proyectos y las cosas que ya tenía planeado hacer.
Finalmente llegamos a nuestra casa, por un momento se me atravesó cuando estuve ahí parada despidiendo me de Samuel, y de ahí subí al auto.
-Llegamos a casa-Dijo mi madre abriendo la puerta del automóvil.
Mientras que mi padre me cargó entre sus brazos hasta entrar a la casa.
Y a penas entramos, la vi. Vi aquella silla de ruedas que estaba en el auto, y a la que usaré el resto de mi vida.-Se que es un proceso duro, pero seguirás adelante hija.-Dijo mi padre poniéndose frente a mí.
No le respondí, ni siquiera lo mire; me sentía demasiado triste para responderle.
-Cielo estaremos para ti y te ayudaremos a seguir.-Dijo mi madre poniéndose junto a mi padre.
Les dije con la cabeza agachada hacía abajo:
-Me pueden llevar a mi habitación por favor.
-Si, mi amor.-Dijo mi padre tomándome en sus brazos, me llevó subiendo por las escaleras hasta llegar a mi habitación.
Al llegar allí, mi papá me puso sobre mi cama despacio. Luego me trajo la silla de ruedas a mi habitación, la puso a la esquina de mi cama.
Luego se despidió de mí dándome un beso en la frente, luego salió de mi habitación.Mientras estaba acostada en mi cama, me empezó a agarrar sueño. Sin aguantar más apoye mi cabeza en la almohada y me dormí.
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Eran las 19:35 p.m.
Me desperté, al ver la hora no podía creer que me dormí todas esas horas. Era entendible no había dormido en todo el día.
Tomé el celular de la mesa de luz, al prenderlo vi que tenía unas cinco llamadas perdidas de Samuel. Después de ver el celular, lo volví a dejar sobre la mesa. No quise saber de nadie.Mi madre me dijo abriendo la puerta:
-Cielo estas despierta.
-Hola mamá.-Dije bostezando un poco.
Está dijo sentándose en mi cama:
-Mi amor vino a verte Samuel.
-¿Qué? ¿Qué... Qué hace aquí?-Le pregunté estando nerviosa y molesta con ella.
Mi madre me dijo:
-Mi amor Samuel estaba preocupado por ti, por eso está aquí.
-¡Mamá no entiendes! No quiero ver a nadie, no lo quiero ver.-Le dije levantando la voz.
Pero ella me dijo:
-Cielo basta. Samuel quiere saber de ti, solo serán unos segundos nada más hija.
No tuve otra opción que aceptar que Samuel subiera a verme. Entonces acepte de mala manera que Samuel subiera a verme.
Y entró Samuel, al verme se acercó, sorprendido y me dijo:
-Hola Cielo.
Mi madre se fue de la habitación dejándonos solos.
No le dije nada, me quede como muda y con la cabeza inclinada hacía abajo.
Pero él me dijo intentando llamar mi atención:
-Te estuve llamando muchas veces, pero no respondiste.Sin embargo no tuvo ninguna respuesta mía, me dolía mucho no poder hablar con él, pero no sabía que podía decirle:
-¿No me hablarás?
Todavía continúe sin decirle nada.
Hasta que esté me dijo:
-Cielo... me duele verte así, sé lo duro que tuviste que pasar, pero te prometo que todo esto pasará, estare para ti siempre porque soy tu amigo...
-Ya no lo eres. Vete.-Le dije interrumpiendo lo.
Samuel sorprendido y parpadeando tres veces me preguntó:
-¿Qué? ¿Qué me estás diciendo?
-Que te vayas, ya no somos amigos.-Le respondí lanzando una lagrima.
Samuel al escuchar esas palabras quedo completamente destruido, se quedo sorprendido y triste. Me preguntó otra ves:
-¿Por qué haces esto? ¿Por qué?
-Es por tu bien.-Le respondí aún sin mirarlo.
Y esté molesto me dijo acercándose a mí:
-¿Bien? ¿Qué bien? ¡¿Por el bien de quién?!
-Tienes que entender Samuel.-Le dije mirándolo frente a frente y con los ojos llorosos.
Y el preguntó nuevamente:
-¿Entender que? ¿Entender que me quieres alejar de ti, que me estás destruyendo?
-¡Estar conmigo te destruiría más! No quiero que te vean mal por estar conmigo.-Le respondí con la voz grave y temblando.
Después de cinco minutos que nos quedamos en ese momento tenso, Samuel se agachó y frente a mí me dijo:
-¿De verdad te importa lo que digan los otros? ¿En verdad?... A mí no me importa Cielo, a mí me importas tú... eres mi mejor amiga y no quiero separarme de ti, no lo soportaría... por favor pídeme cualquier cosa, pero no que me alejé de ti... por favor déjame cuidarte.
Al escuchar esas bellas palabras no pude negar en pedirle que me dejará, yo tampoco quiero separarme de mi mejor amigo, él que siempre me muestra una sonrisa aunque este triste, él que siempre comparte cosas conmigo y él que siempre está para mí en mis peores momentos.
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Cielo, Aprendiendo A Volar #PGP2024
Historia Corta¿Alguna vez te paso que tenías completamente todo? ¿Qué tenías una vida perfecta? ¿Qué lo tenías todo? ¿Cómo te sentirías si te pasará algo tan fuerte que cambiaría toda tu vida, tus sueños, tus proyectos? Eso fue lo que le pasó a Cielo. Una niña de...