El Hijo de Ticci Toby. -『 Reencuentro. 』©

【 4 】

Cada uno de mis músculos se tensó al escuchar esas palabras.

Creí que se había ido para siempre y ya no la volveríamos a ver.

Zeen chasqueó ambos dedos devolviendome a la realidad, acercándose de nueva cuenta a mi oido.

- Cuida a Kar, que no salga a ningún lado sola.

Asentí a sus palabras mientras Kar se acercaba a donde estabamos ambos.

- Zeen ¿Puedo sentarme en el sofá de tu padre?

Zeen asintió mientras tomaba la mano de Kar y caminaba al sofá que estaba, ayudándole a sentarse en la misma.

Me asomé por la enorme ventana que daba al jardín aún mirando a un montón de chicos descontrolados por todas partes.

Escuché el largo suspiro de Zeen mientras tomaba su celular y mirar la hora.

Sus ojos se abrieron de par en par y desviaba la mirada hacia mí. Tomó un pedazo de papel y una pluma anotando una frase.

"Papá llega en 20 minutos."

Dí un brinco en mi asiento mirando a Kar, y luego a Zeen.

- Linda, necesito que te quedes aquí y que cuides de engendrito y que no salgas hasta que venga ¿D-De acuerdo?

Asintió con la cabeza mientras saliamos de la habitación encontrandonos con toda la gente.

Zeen me guió hasta lo que parecía una consola quedándonos a un lado de la misma.

"Dilo tú, por favor, no quiero que otro grupo de chicas locas me atrape."

Volvió a escribir en el resto de la hoja, tomé el megáfono y paré la música.

Unos cuantos abucheos se escucharon en el alrededor mientras comenzaba a hablar.

- Es hora de que se vallan, ahora.

Sus miradas se fijaron tanto en mi como en Zeen, a la lejanía se escucho un "que amargados" y todos comenzaron a dejar el lugar.

Sólo quedaron los conocidos de la misma casa, mirándolos con el ceño fruncido.

- A trabajar señores.

Y en movimientos rápidos comenzamos a levantar todo rastro de alguna fiesta.

Gracias a los tentáculos de Harriet pudimos acomodar el jardín, y gracias a las habilidades de Seth pudimos volver a acomodar los muebles y dejar todo tal como estaba.

Terminamos 2 minutos antes, así quenos sentamos en los sofás cansados de la prisa que habiamos tenido.

Recordé a Karnell así que fuí directo al estudio con Zeen.

Una vez vimos el interior, nos encontramos con una Karnell profundamente dormida en el sofá.

- Creo que estaba cansada.- Murmuró Zeen

- No me digas.- Contesté sarcastico tomandola con ambos brazos y con mucho cuidado. - ¿Nos dejarías quedarnos sólo esta noche?

- ¿Bromeas? Eres como mi hermano, es tú casa.- Respondió asintiendo dedicandole una leve sonrisa.

Comenzamos a subir las escaleras en rumbo al segundo piso. La casa de Zeen era enorme; tenia alrededor de 7 habitaciones para huéspedes, 3 estudios y dos cocinas.

Nos abrió una a final del pasillo donde dejé a Karnell dentro de las cobijas dando un beso a su frente.

Abajo, se escuchó el abrir de la puerta principal y un sonoro "Buenas Señor Painter".

- Ya llegó, vamos.

Asentí caminando a la salida, cerrando la puerta de la habitación en silencio.

Bajamos rápidamente encontrandonos a su padre dejando su máscara sobre la mesita que había en la sala.

- No sabía que tendríamos visitas, Zeen.

Zeen alzó su brazo para poner instantaneamente su mano sobre su nuca, y mostrando una ligera sonrisa, rascar la misma.

- Me alegra que hagas amigos.-Se limitó a decir Bloody pasando de largo a la cocina. - Siéntase como en casa chicos.

- Gracias Señor Painter.- Se escuchó al unísono para, seguido, soltar un suspiro de alivio.

- Creí que nos correría o algo así.- Murmuró Dan, a lo que Zeen negaba nuevamente.

- Su padre es cool, nos iba a dejar estar aqui.

Suspiramos a la par, mientras miraba el reloj de la sala marcando las 12:20 a.m.

- Ya es tarde, creo que iré a ver si Karnell está bien y de paso me quedo con ella. Buenas noches.

Sólo miré como los demás asentían a la par emprendiendo mi camino a aquella habitación prestada.

Abrí la puerta lentamente mirando la silueta de Kar sobre la cama, acostada de lado con una mano en el vientre.

Una sonrisa se formó en ese momento acercándome a sentarme en la orilla de la misma, quitar mis tennis y adentrarme en las sábanas.

Me quedé unos minutos mirándola y seguido, me quedé dormido.