JASON TODD

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HACE 7 AÑOS (diciembre de 2015):

Era una noche de patrulla como otra cualquiera por el callejón del crimen. Layla llevaba un mes trabajando con Batman, primero bajo el alias de Robin y en la última semana bajo el manto de Batgirl, eso se debía a dos motivos. En primer lugar, porque el manto de Batgirl había quedado libre después de un desafortunado accidente que tuvo Barbara con el Joker. En segundo lugar, porque Dick se marchó de casa y el murciélago se había quedado sin compañero. Resultó que después de pasar un tiempo liderando a los Teen Titans, Dick se dio cuenta de lo crueles y agresivas que podían ser las prácticas de Batman, y poco a poco se había ido distanciando hasta decidir que necesitaba buscar su propio camino, abandonando por un tiempo a la Batfamilia.

Bruce no se sentía muy cómodo sacando a su hija a pelear por Gotham y poniéndola en peligro, pero sabía que lo que más deseaba Layla era pelear junto a su padre, así que considerando que tenía casi la misma edad que Dick cuando empezó a ser Robin, decidió ver que tal se desenvolvía ella en la tarea de justiciera. A pesar de llevársela con él, no le dejaba entrar en acción, en parte tenía la esperanza de que después de ver el panorama, Layla dejase de lado la idea de ser una superheroína.

Esa noche habían salido para buscar a Killer Croc, ya que recibieron la alerta de que estaba causando algunos problemas por el barrio. Habían cogido el Batmovil e iban hablando.

- ¡Papá! ¿Después podemos pasar por el hospital para ver a Barbara? - Justo un par de días antes de que Layla tomara el manto de Batgirl, Barbara había quedado paralítica por culpa del Joker, que le disparó en la columna. Ahora estaba en el hospital y hacía un par de días que por fin se había despertado.

- Por supuesto, me parece una gran idea. En cuanto atrapemos al cocodrilo vamos para allá. - Bruce le dedicó una sonrisa para después cambiar la cara y ponerse serio. - ¿Tienes claro cuál es el plan? -

- ¡Sí! Me quedo apartada y observo como lo hace el maestro. - Le dijo guiñándole el ojo.

- ¿Y...? -

- Y... no entro en escena bajo ningún concepto. - Dijo Layla algo triste esta vez. Llevaba ya un par de años entrenando y quería poder usar todo lo que había aprendido para pelear contra los criminales, al igual que hacían su padre y su hermano mayor.

Batman la vio ponerse triste e intentó animarla.

- Oye Layla, te prometo que algún día te dejaré pelear, pero no lo haré hasta que no crea que estás preparada. - Intentó sonar convencido, aunque en el fondo sabía que era él el que no estaba preparado para dejar que Layla empezara a luchar. - Defender Gotham es peligroso y todavía necesitas algo más de experiencia. Pronto llegará tu momento, pero por el momento observa y aprende, ¿vale? -

- Vale papá. - Dijo Layla más animada.

Llegaron al callejón, y aparcaron el coche en una esquina donde la gente que pasara por la calle no pudiera verlo, aunque aquel no parecía un barrio en el que a la gente le apetecieran dar paseos nocturnos. Salieron del coche y se dirigieron a un almacén que estaba cerca de la cloaca donde vieron a Killer Croc por última vez, tenían que ir en silencio porque el cocodrilo tenía muy buen oído. Iban a entrar cuando Layla se tocó la cintura y se dio cuenta de que se había dejado el cinturón con todos sus artilugios en el Batmovil. Batman la miró y en silencio apuntó con el dedo a la calle, en señal de que fuese a buscar el cinturón al coche, Layla lo entendió y fue.

Cuando llegó, tuvo que parar y esconderse detrás de la pared, porque vio que había un chaval con una llave de cruceta robando las ruedas del Batmovil. No sabía si debía esperar a Batman, pero el chico era rápido, y para cuando su padre llegase, las ruedas ya habrían desaparecido.

Bat Blood: La hija de BatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora