Capítulo IV

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- Bien ¿Y que se supone que haremos para ese proyecto? - Cuestionó él moreno.

- ¿En qué eres bueno? - Preguntó.

- Bueno, si te dijera seria contenido no apto para menores de edad - sonrió con picardía.

- ¿Y lo dice el adulto verdad?, ¿Qué edad tienes, 30?

- Muy gracioso, pero tengo 19.

Los ojos del castaño permanecieron congelados tras su respuesta, definitivamente no esperaba que tuviera esa edad, pues el porte que tenía parecía más de un chico de 25 o 26 años que había reprobado en diversas ocasiones.

- Te vez más mayor de lo que eres - le respondió.

- Es bueno en algunas ocasiones.

El silencio perduro el tiempo que permanecieron en el ordenador buscando algún tema que fuera de suma importancia y que atrajera la atención del profesor con solo leer el índice, pero sus posibilidades de que eso pasara eran casi nulas.

- Qué te parece hacer un proyecto donde hables de las necesidades del ser humano.

- ¿Y cómo haríamos eso? - cuestiono el moreno.

- Bueno, por medio de entrevistas a las personas, su punto de vista, investigación del asunto y que grado tiene en nuestro país, visitas a lugares y eso - encogiéndose de hombros.

- No está mal, pero no tenemos mucho tiempo para que ese proyecto se tenga que entregar.

- Mientras más rápido empecemos, más rápido terminaremos – ironizo.

- Bien ya se planeó, ahora me voy - respondió tomando sus cosas.

- ¡¿Qué?! ¿Pero tú qué hiciste?

- Exacto enano, ¿que hice?, bueno además de lucir mejor a tu lado te di las ideas que están en tu cabecita - golpeando ligeramente su frente con su dedo índice.

- Eres un tonto ¿Te lo han dicho?

- Muchas veces, pero no es algo que me interese, así que adiós - esas fueron sus últimas palabras antes de que se marchara de su casa.

...

Había pasado solo una semana y ya contaban con un plan de trabajo perfectamente elaborado por el castaño.

Sus tardes de proyecto constaban en solo un par de horas después del Instituto, él porque el moreno se marchaba con tanta urgencia al terminar esas horas era un misterio, uno que no estaba dispuesto a averiguar el menor si apreciaba su vida, ya que este constantemente le regalaba por cualquier comentario irónico unas miradas serias he indescifrables, pero en tan solo esos días le había bastado para comprender algunas de ellas.

- No entiendo porque no logras aprobar esta materia - menciono el menor mientras mordía la goma del lápiz.

- Tal vez porque no tengo un cerebro prodigioso y una boquita parlanchina como la tuya - respondió sin despegar la mirada del montón de notas que tenía en mano.

Este se giró para mirarlo.

- No deberías de hacerte menos, en estos días he visto que de verdad eres más de lo que te imaginas, pero te empeñas en negarlo.

Para Derek había muchas cosas que se empeñaba en negar, pero eso era otro tema.

- Tú no me conoces - hablo con tono serio.

Los ojos ámbar se enfocaron en los del mayor y trataron de descifrar lo que ocultaban, él era una persona sociable y sin problemas al momento de hablar, pero había notado que al mayor simplemente eso no se le daba, pues sus dotes de socialismo no eran los mismos que los suyos, comenzaba a preocuparse cuando empezaran con las entrevistas y sin mencionar con la exposición.

Friend/EnemyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora