Carta no enviada. Chūya.

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"He buscado, he buscado una salida para no caer en tus enredos. He estado buscando la manera de alejarme de ti, pero siempre termino volviendo a tu lado. Dime, ¿disfrutas de nuestro estira y afloja? Yo lo odio, pero creo que odio más mis ganas de quererte porque aún sabiendo que esto es una mera fantasía, no puedo evitar amarte con todo mi ser." 

Ha pasado una semana desde que supe de ti, en estos momentos puedo imaginar a la perfección tu rostro

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Ha pasado una semana desde que supe de ti, en estos momentos puedo imaginar a la perfección tu rostro. Conociéndote, tienes una asquerosa y engreída sonrisa en él. ¿Cómo lo sé? Sencillo, siempre que completabas una misión a la perfección sonreías de esa estúpida manera. El sólo imaginarme tu cara me enferma, no es más, el sólo recordar tu nombre me hace perder la poca cordura que tengo, es increíble que hasta en mis sueños aparezcas. ¿Por qué digo esto? Porque es justo como escuchaste, anoche te vi en mis sueños, no hace falta decir que fue una pesadilla. Fue una pesadilla por dos simples cosas: tú estabas ahí, interrumpiendo mi descanso y también porque...porque no pude hacer nada.

Oye idiota, ¿qué tan desesperado estás por morir? Hace años que llevas intentándolo y nunca logras hacerlo, pero en mi sueño las cosas eran diferentes. Ni tú ni yo acabábamos con tu miserable vida, no recuerdo el rostro del sujeto que lo hizo, aunque debo de admitir que el intentar recordar aquella escena me provoca un fuerte dolor en el pecho y mis manos comienzan a temblar. ¿Estás bien, cierto? Más les vale a esos inútiles de la Agencia cuidarte porque eres como un niño pequeño que en cualquier momento puede salir lastimado, aunque tu mentalidad sea la de un maniático.

Dazai, voy a confesarte algo en estos momentos sabiendo que lo que escribo aquí nunca será leído por ti. Uno de mis más grandes miedos no es el perder mis sombreros, que rompan mis preciados vinos o resultar herido tras usar mi habilidad. Lo que más temo en este mundo es que mueras sabiendo que pude haber hecho algo pero fui incapaz de protegerte. ¿Tonto no? Pero desde que recuerdo siempre ha sido así. Desde el día en que nos conocimos siempre fuimos inseparables, sin embargo, tú tenías ventaja ya que yo era el que terminaba siendo protegido la mayoría de las ocasiones. Tú...tú resultabas herido por mi culpa. Aún me siento un poco mal  al ver que tienes que usar todas esas vendas sobre tu cuerpo. Por eso decidí volverme más fuerte y ahora te he superado, pero ¿de qué me sirve el ser fuerte si no puedo proteger a los que quiero? No sólo me refiero a ti, sino a mis camaradas que han perdido la vida a lo largo de mi estadía en la Port Mafia, aunque tú eres diferente. 

Sé que ya no me corresponde preocuparme por ti y por tus tonterías, no obstante, no puedo evitarlo. El sólo imaginarme que ya no estoy a tu lado para cubrirte la espalda me molesta al punto de odiarme a mí mismo por quererte de esta manera. También sé que es inútil el tratar de volver a tu lado pues tú nunca me has visto como algo más. No sé cuándo comencé a sentirme así si se suponía que éramos únicamente compañeros, pero ahora eso no me importa. Lo único que deseo es deshacerme de estos sentimientos y odiarte como es debido, porque tú no sabes cuánto me dolió el que me dejaras solo y que te fueras sin decir nada. No sabes cuánto me duele incluso ahora el saber que me has abandonado y rompiste tu promesa. Debería odiarte y matarte la próxima vez que te vea, pero no puedo. Dime, ¿qué es lo que debería hacer?  

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