"No importa cuánto tiempo pase, no importa cuántas veces el silencio me haya escuchado llamar tu nombre en medio de la soledad, no importa cuánto dolor se haya almacenado en mi corazón y cuántas veces la tristeza haya invadido mis memorias. Nada de eso importa, porque si estoy contigo, aunque sea un minuto, mi vida recobra el sentido."
Después de tanto tiempo de espera, aunque no se comparan con esos cuatro años en los que perdimos todo tipo de contacto, logramos vernos. Debería decir que el reencuentro fue bueno y que lo disfruté, pero la verdad es que no fue así, sino todo lo contrario. Cuando te vi pude comprender que en el momento en el que me alejé de ti, también me había alejado de aquellos molestos sentimientos que eran únicamente para ti. Tú y yo nos hemos entregado mutuamente en varias ocasiones, hemos sucumbido ante los placeres carnales y hemos dejado ese tema de lado. No es que me moleste el que lo hayamos hecho, pero durante todo ese tiempo jamás agregamos esas palabras que hacen una enorme diferencia entre tener sexo y hacer el amor. Sin embargo, ahora lo comprendo, siempre han estado presentes, no de manera verbal aunque sí entre líneas, justo como ahora.
Dije que esos sentimientos son molestos por todo lo que involucran. Cuando dejé la Mafia pensé en dejar todo eso también y aunque en ocasiones le daba un par de vueltas al asunto, no era algo de mi prioridad. Pero ahora que finalmente estuvimos juntos sin tener que hacer algún trabajo o por mera casualidad, me he permitido analizar con detalle la situación.
Tal vez no lo notaste, pero la ilusión de verte era tan grande que tuve que ocultarla entre mis tantas bromas pesadas y comentarios de mal gusto. Desde que cruzamos las miradas acerté con mi suposición: tú también estabas ansioso por verme. Asumo que no te diste cuenta de que tus acciones te delataban y más que tus gestos, era ese brillo tan peculiar en tus ojos que te delataba. No te preocupes, estamos a mano porque estoy seguro que te diste cuenta de mis intenciones en el momento en que sonreí descuidadamente. Después de todo, nos conocemos mejor que nadie más.
Como era de esperarse, los reclamos por tu parte no se hicieron esperar y me llevé uno que otro golpe, pero cada momento lo valía, porque el recibir un puñetazo o patada tuya me daban a entender que te importo lo suficiente cómo para tratar de olvidar nuestro pasado y nuestra historia. En todo este tiempo quien hizo más daño fui yo, no sólo a ti sino que también yo resulté lastimado por mis propias acciones, pero aún puedo remediarlo, porque el reencuentro que tuvimos hoy me dejó en claro que no importa cuán doloroso haya sido el pasado o qué tan mal nos hayamos sentido, mientras estemos juntos y tengamos la voluntad de salir adelante, nuestra relación progresará.
No te lo dije antes porque creí que te burlarías de mí y mucho menos me atreví a mencionarlo el día de hoy, pero Chūya, cuando estoy contigo, me siento un poco vivo.
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Cartas no enviadas
Hayran KurguPequeñas reflexiones de Dazai y Chūya después de que Soukoku se disolviera. Portada hecha por @clearspringwater.