Leila.
Un nuevo día, el comienzo de una vida normal o bueno de fingir que tengo una vida normal.
Despierto antes de que el despertador suene, realmente no pude dormir imaginando como seria el día de hoy.
Decido salir de mi cama con un poco de flojera, lo normal a esta hora y también sabiendo que llegue demasiado tarde y no pude dormir, me sorprende no tener unas ojeras tan marcadas, al reflejarme en el espejo del baño puedo ver un leve color lila bajo mis ojos.
Siento el agua tibia caer por mi cuerpo, me relaja, tengo adolorido los músculos, realmente llegar todos los días al amanecer no me esta sentado bien.
Salgo del baño luego de una ducha no tan larga, lo menos que quiero es llegar tarde a mi primer día en la universidad, tomo una blusa simple, con un pantalón algo gastado, una chaqueta y unas botas hasta el tobillo, tomo mi bolso y una sombrilla. Siempre tengo que estar preparada por si el clima cambia.
Mientras bajo las escaleras voy acomodando mis lentes y recojo mi cabello con una coleta alta.
Entro a la cocina y dejo mi bolso sobre la encimera, saco leche y un plato para mi cereal, Ethan entra a esta con solo un pantalón de pijama dejando ver sus tatuajes tanto en su torso como en su pecho y brazos pero de tantos tatuajes solo me puedo fijar en uno en especial, en el que yo también llevo, revuelve un poco mi cabello y me quita mi cereal a medio comer le doy una mala mirada y él ni se permuta de esta.
Siempre me quita el desayuno.
Tomo una manzana, me despido con la mano y él antes de que puedo salir me recuerda que tengo que ir con él después de la universidad, hago un sonido de afirmación y cierro la puerta.
Camine hasta la universidad, realmente no me quedaba muy lejos de casa, además también seria un buen ejercicio para despejar mi mente de todo lo que me rodea.
Luego de veinte minutos de caminata, llego a la entrada de la facultad, y puedo decir que me gusta, hay arboles, canchas y un gran espacio de césped, creo que pasare una gran parte de mi tiempo sentada bajo la sombra de un árbol escuchando música, no suena tan mal.
Miro el papel en el que esta escrito mi horario y bueno no esta tan mal, me dirijo al aula de filosofía.
Una de las cosas que me llaman la atención es la mitología y además la filosofía es sabiduría, y eso es lo que más necesito.
Esa hora pasa entre presentaciones de mis compañeros como de la maestra Davis, es una mujer entre los cuarenta, y podría decir que es bastante relajada. Como todos los maestros al principio.
La hora de descanso llega y yo, como tenia planeado, busco un árbol en el cual poder tener como sombra, busco entre el campus y me sorprende que este vacío ¿soy la única que piensa en pasar su tiempo al aire libre en vez de estar encerrada? Pues al parecer si.
Me acerco a un gran árbol, me siento con las rodillas flexionadas, saco mis audífonos y celular para tener un poco de espacio de relajación, muevo mis pies al ritmo de la música y cierro los ojos, así paso el tiempo de descanso pensando, pensando en mi vida, pensando en que tendré que cambiar algunas cosas de ella...
Las siguientes clases, son igual que la primera nada nuevo paso, solo que una chica hizo el intento de entablar una conversación conmigo pero como todas las demás personas que lo intentan, nunca pasa de monosílabos o movimientos de cabeza.
La verdad no me apetece hacer amigos.
A la salida decido esperar a que la estampida de estudiantes desaparezca, algunas chicas comienzan a correr a causa de unas leves gotas de lluvia lo cual me causa gracia.
Por Dios solo es agua acaso ¿se van a derretir?.
Suelto una pequeña risita a causa de este pensamiento, sinceramente si no tuviera mis libros y mi teléfono estaría bajo la lluvia.
Veo que en estacionamiento ya solo quedan un par de autos, la lluvia ya es más fuerte.
Tal vez debería esperar a que dejara de caer con fuerza, pero un mensaje me quito esa idea de la cabeza, Ethan siempre hace lo mismo, nunca importa el clima o las circunstancias siempre tenemos que ir.
Guarde mi teléfono, me ajuste el bolso, y abrí la sombrilla, camine por la acera del estacionamiento a paso lento sabiendo que esto enfadaría a mi hermano pero él se comió mi desayuno era justo que esperara ¿no?.
Seguí con mi camino, tratando de no caer por el barro que se empezaba a formar, levante la vista y vi como un chico hacia una pataleta, fruncí el ceño ¿que le habrá pasado? Mientras más me acerca a donde se encontraba cada vez me quedaba más claro que era niñato rico, lo sabia por su auto, y ahora era más claro el por qué de su arrebato.
Él muy idiota había dejado las llaves dentro del auto.
Estaba tratando de no reírme ante su situación, pero tenia que admitir que era muy divertido, ver a un niño consentido hacer un berrinche por qué las cosas no salían como quería era algo poco visto pero digno de apreciar.
Sonríe cuando nuestras miradas se encontraron y tuve que retener una carcajada al ver como arrugaba un poco su frente.
Seguí con mi camino, para mi ver como los niños de papi y mami no conseguían lo que querían era algo que me alegraba.
Recibí un segundo mensaje de mi hermano y acelere el paso, seria mejor no hacerlo esperar demasiado, se podría insoportable.
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Multimedia: Leila Davis.
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Cinco Segundos En Tu Mirada.
Teen FictionElla parecía tranquila y tímida y hasta cierto punto era cierto, pero las apariencias engañan y les haría un favor al decirles que no se metan con ella, !¿ porque alguien que esté putamente cuerdo se metería con ella?¡ si te metes con ella es meters...