Te odio con mucho amor (Pausado)

Capitulo 31: Apariciones

-¡Liam! -escucho la voz de Joyce acercandose- ¿Que paso?, ¿Estas bien?

-El anonimo -es lo primero que digo- ¡Ese idiota era el anonimo!

Me siento sobre el asfalto lentamente, debo admitir que pega fuerte. Joyce se arrodilla y levanta mi cara hacia ella, me examina el rostro. 

-Liam, tu nariz, estas sangrando -dice preocupada.

-Vaya, hasta tuvo el atrevimiento de pegarme, ¡Joder! -descargo mi frustracion golpeando el suelo. 

-Tranquilo -dice mientras me ayuda a ponerme de pie- ahora lo importante es limpiarte eso -señala mi nariz. 

Caminamos hasta su casa, que suerte que mis piernas no son tan torpes porque de lo contrario Joyce me llevaría en carretilla. Al llegar ella procura ponerme cómodo haciéndome sentar en el sillón de la sala. 

-¡Mama! -grita llamandola, mientras se dirige de inmediato a la cocina. Escucho unos pies pesados bajar las escaleras. 

-¿Por que tanto escándalo...? -pronto se asoma la señora bajando las escaleras, vestida con una bata. Vale, me siento mal por haberla levantado, de verdad lo lamento tanto- Ay Dios -se sorprende al verme con la nariz sangrando- Liam ¿que paso?

-Mama ¿donde esta el botiquín? -dice Joyce tan calmada, de verdad admiro esa tranquilidad. 

-En la cocina, en uno de los cajones del mesón -responde. Joyce se dirige a la cocina mientras que la señora se acerca para examinar mi cara- ¿Que paso? -pregunta.

-Intentaba ser héroe al tratar de descubrir quien era el famoso anónimo -ella me ofrece una servilleta, la tomo y me limpio un poco- y al parecer tiene una buena derecha. 

-Lo encontré -Joyce  sale de la cocina con una pequeña maleta, debería conseguirme una- yo me encargo mama. 

Enseguida se retiro y a la vez Joyce se posiciono en frente de mi. Abrio la caja y lo primero que saco fue algodón. Con un toalla húmeda limpio mi rostro, inclino mi cabeza hacia atras para hacerle el trabajo mas fácil.

-¿Por que tanto silencio? -pregunto.

-¿Que hubiera pasado si no hubiera salido? -dice mientras sigue limpiandome, su voz es quebradiza- ¡o peor!, que en vez de un puñete hubieras recibido una apuñalada o un disparo. 

-Hey linda -sostengo sus muñecas haciendola detener- eso no paso, lo importante es que estoy aqui, vivo. Aparte, el idiota no cargaba nada, de lo contrario ya me hubiera atacado con un arma. 

-Tal vez no lo hizo porque se le cayo. 

-¿Que? -estoy desconcertado. 

Ella de inmediato se levanta y se dirige a la cocina, al volver trae consigo una bolsa y cuidadosamente lo pone cerca de mis pies. Lo manipulo un poco, puedo decir que se siente algo de estructura fuerte. Saque la funda lentamente, era un pistola y una navaja automática. 

Me siento algo mareado, a lo mejor lo escondio en el momento en que entro a la cocina antes de que la señora bajara; se podria decir que esto en una especie de mini shock. 

-Al parecer al tipo se le callo mientras huía de ti -dice- lo encontré a pocos metros de donde ustedes se encontraban forcejeando -sigo atónito, realmente me estaba jugando la vida- Liam, si tan solo el te hubiera hecho daño con una de estas armas, yo...sinceramente no sabria que hacer sin ti. 

Levanto mi mirada, me percato de que ella trata de no llorar, ¡Dios!, me parte el corazon verla asi. 

-Ven aquí -levantándome y tomando su mano hago de que ella se acerque a mi, la abrazo y ella solo se esconde entre mi cuerpo, puedo sentir su respiración profunda tratando de calmar un llanto- Tranquila nena, que bueno que no sucedió nada mas y hay que ponernos alegre por eso linda, vamos, deja esas lagrimas, preciosa -beso su frente un par de veces, puedo ver como he logrado una sonrisa en ella.