El viernes llegué con una influenza atroz, por la que podría haber cancelado mis compromisos escolares, pero algo más me hizo ir. Algo más, como Wonwoo.
Me decidí a decirle todo en el receso de almuerzo. Ya no me interesaba cuantas veces Soonyoung me decía que era una mala idea que me le confesara, ni me importaba que mi subconsciente me repitiera que el yo verdadero, Kim Mingyu, era odiado por Wonwoo.
El esperado receso llegó y con el mi momento de decirle a Wonwoo todo.
Al entrar, estaba llorando, lo supe porque se sorbía la nariz con sonidos leves y no estaba dándole vueltas a las páginas del libro. Solo quería abrir la puerta y abrazarlo, mandando al carajo sus pensamientos sobre mi.
—Hola Wonwoo —le dije, cerrando la puerta media rota.
—Oh-... Hola. Creí que ya no vendrías.
Su voz sonaba cortada y dolorosa. Me pregunté como estaba su hermano, como estaba su casa.
Yo tardé varios minutos en escaparme del profesor de Filosofía que insistía en terminar su charla sobre Humberto Mata. Y al fin a las una con veinte, estaba junto al chico de los libros sin nombre.
—El Profe de Filosofía... Bueno, ya estoy aquí.
—Ya estás aquí...
Mis manos comenzaron a sudar en contra de mi voluntad, aunque nunca me gustaba sudar. Mi pie derecho golpetea las descuidadas baldosas por mientras pienso que hacer. Ya tengo que decirle. ¿Como?
—¿Me abrirías la puerta para verte y... para que me veas? —me atrevo a preguntar.
—¿No me preguntaras que me sucede primero? —dijo con la voz gangosa.
—Pienso que hemos formado confianza suficiente para contarnos sobre eso de inmediato, Wonwoo...
Se queda en silencio por un momento, y se que quiere que le pregunte como empujón, me hace sentir bien que necesite oírme.
—¿Por qué lloras, Wonwoo? —pregunto finalmente.
Me habla sobre su casa hasta las una cuarenta. Sobre como apesta que su hermano no ha salido en tres días, y como sus amigos, lentamente se están cansando de él. Le parte el corazón, y aunque no quiere ser egoísta, se la pasa pensando en como moriría si Soonyoung u otro de sus amigos llegara a botarlo solo por sentirse miserable.
No había mucho que yo pudiera decir además de «yo no te dejaría aunque me lo pidieras», así que exactamente fue lo que dije. No me importaba el silencio que Wonwoo volvía a formar ni que mis nervios siguieran aumentando para llenarme el cuerpo.
Me paré.
Abro la puerta endeble y rota con decisión y camino medio metro hacia mi derecha, quedando al frente de lo único que me separa de la cara que se ha vuelto mi favorita.
Me quedo con la mano sobre la débil puerta que de seguro rechinaría al ser abierta. La despego un poco para cerciorarme de que está desbloqueada y el corazón se me acerca mas a la garganta cuando me doy cuenta de que si, de que estoy a punto de decirle.
Respiro hondo y al exhalar, simplemente abro. Wonwoo está golpeteando su pie con tanta delicadeza que no hace sonidos, su cabeza está gacha, siguiendo el compás de su rodilla subir y bajar, quiero acercarme, pero no me está viendo.
El corazón me palpita tan rápido que temo que se me caiga al frente del azabache. Una persona tan bella no puede odiarme...
—Wonwoo... —le digo para que me mire, pero parece no querer—. Wonwoo —repito.
Sonríe un poco mirándose las manos y deja de mover su pie de arriba a abajo, ahora estamos en completo silencio, inmóviles frente al otro. Wonwoo toma aire para hablar y es como si me lo robara de los pulmones, aunque se lo cedo, quiero oírlo.
—Mingyu —dice simple.
Levanta su rostro con una agilidad hermosa, de sus ojos se ha desvanecido el rojo del llanto y podría jurar que los cubre cierto brillo, aunque puede que sea mi reflejo. Me sonríe otra vez, mis órganos dejan de funcionar cada vez que lo hace, mi rostro se vuelve rojo y reacciono. Me ha llamado Mingyu.
—Kim.... Kim Mingyu. —afirma, asintiendo.
—Wonwoo... ¿Me...?
—Soonyoung me dijo —sonríe, no hay rastro de lagrimas—. No deberías confiar mucho en él, la boca no le para.
Recuerdo todo lo que me ha dicho mi compañero de Wonwoo, su mejor amigo y concuerdo con él. Estaba desesperado por decirle a alguien que me gustaba un chico de cabello oscuro, o quería tener una oportunidad con Wonwoo.
—Se me borraron las dudas ayer, cuando vi tus manos.
Frunzo el ceño al no entender. Wonwoo da un paso más hacia adelante y me muerdo la lengua, me siento pequeño aunque mido un metro ochenta y algo, me siento pequeño aunque Wonwoo es tan frágil.
—Es algo que aprendes cuando andas con la mirada baja, a identificar las manos, ¿No te parece interesante?
Era una idiotez, si me preguntaba cualquier otro, pero Wonwoo hacía que sonara tan fácil de comprender, me hacía entender todo con su forma de explicar, era capaz de hacerme asentir, como si recitará hechizos en vez de palabras ordinarias.
—No es interesante —ríe—. Es algo estúpido que se me ocurrió un día.
Lo observé verme parado aún con el retrete detrás de sus piernas. Creía que reaccionaria de la peor manera. Creí que se arrepentiría de decirme todo lo que me había confiado.
—¿No me odias?
—¿Cómo hacerlo? —seguía sonriendo. Parecía aliviado—. Eres encantador.
—No lo soy...
Kim Mingyu no te sonrojes. Kim Mingyu no te sonrojes. Mingyu no te-... Que más da.
—Creí que... —explique, aún con las mejillas rojas—. Soonyoung dijo que...
—Soonyoung dice muchas cosas... —avanza hacia mí y sigo mordiéndome la lengua, por un lado quiero que se acerque más, por otro lado estoy aterrado—. Un 10% de ellas, solo un 10% resulta verídico.
Tratar con Wonwoo me aterraba. Lo que era Wonwoo me aterraba y me encantaba al mismo tiempo.
—¿Qué más te dijo Soonyoung?
No había si quiera un metro separándonos. El libro sin nombre esta sobre la taza del baño, el sonido de los pasos en el segundo piso nos toca la coronilla, y Wonwoo está a cincuenta centímetros de mi.
—Dijo que yo te gustaba.... ¿Crees que eso es parte del 90 o del 10 por ciento?
Y aunque el miedo me comiera hasta los huesos, yo quiero tratar con Wonwoo. Quiero oírlo llorar y preguntarle qué sucede, aunque ya lo sepa, aunque no me quiera decir. Quiero preguntarle qué está leyendo, aunque no me incumba, aunque no me quiera decir. Quiero tratar con Wonwoo, porque me gusta.
—Definitivamente del 10% —respondo, y lo veo sonreír otra vez.
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He terminado ^^ gracias por leer, de seguro subiré un extra pronto 💛💛
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¿Por qué lloras, Wonwoo? • meanie
FanfictionWonwoo llora en los baños de la escuela todos los días. Mingyu es el tonto que quiere enamorarlo.