Capítulo 5

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Capítulo cinco

Grace llevaba tres días en el hospital. Llegó a odiar a todos los médicos, todos los procedimientos y la vigilancia. Se encontraba en observación en el sector de psiquiatría. Su único consuelo era que su madre que trabajaba en el mismo lugar y de vez en cuando podía llevarle comida de fuera del hospital, con condimentos y grasas suficientes para mejorar un poco su humor.

La joven sabía que pronto la dejarían volver a casa. No había vuelto a ver a Yves en todos esos días y estaba segura que los médicos llegarían a la conclusión que su reacción era debida al estrés. No tenía que preocuparse. Ella misma se convenció que había tenido un pequeño brote psicótico que ya había terminado. Se repetía una y otra vez que se encontraba bien. Que siempre estuvo bien.

O al menos hasta esa noche.

Cuando creyó que por fin la dejarían ir a su hogar su alucinación volvió. Ella despertó cerca de la una de la mañana  con mucho frío. Su primer pensamiento fue que había fallado la calefacción. Pero al mirar la ventana se dio cuenta de que lo que realmente sucedía era que esta se encontraba abierta.  Y había una  silueta de un hombre que se le hizo conocida. Demoró unos segundos en darse cuenta que era Yves, mirándola desde unos dos metros de distancia. Él había entrado a su cuarto de hospital, en un cuarto piso, abierto la ventana y la observaba dormir. No e gustó  como se veía eso. Odió estar sola en una habitación a oscuras. Así que usó forma más efectiva que conocía de traer a alguien a su habitación.

Gritó.

En menos de un minuto sintió las pisadas firmes de dos enfermeras correr por el pasillo e irrumpir en su habitación. Deseó que su madre estuviera de turno esa noche, con ella. Los ojos de la adolescente estaban apagados mientras levantaba la vista a las dos mujeres, la niña sabía que su estadía acababa de alargarse durante algunas semanas más. Al menos había conseguido su objetivo: La sobra desapareció. Yves ya no estaba en su ventana. Y esta incluso se encontraba cerrada.

Las enfermeras estaban preguntando demasiadas cosas al mismo tiempo y por el sueño ella no pudo captar ninguna. Permaneció en silencio y dócil mientras las mujeres revisaban que se encontrara físicamente bien. Cuando Grace les pudo asegurar que se encontraba bien y que no quería hablar finalmente logró que volvieran a dejarla tranquila. De cualquier forma no pudo evitar que pusieran en su registro médico el incidente.

Para la joven no fue extraño que lo primero que hicieran cuando despertó por mañana fuera enviarla con una terapeuta. Su madre había sido avisada por una llamada telefónica de lo que sucedido durante la noche pero no podría ir al hospital a verla hasta el día siguiente por todas las cirugías que debía realizar. La terapeuta que le asignaron era nueva en el lugar. Se trataba de una mujer de apariencia elegante, espeso cabello de color negro y ojos oscuros. Parecía recién haber sido egresada de la universidad por no tener mucho más de 25 años. Grace sabía que su madre pediría que la atendieran con alguien que tuviera buenas capacidades así que confió que la señorita Josephine  podría hacer bien su trabajo y devolverle su estabilidad mental.

Todo comenzó como la típica cesión. Una vez estuvo segura que al menos por el momento la adolescente se encontraba conectada con la realidad le pidió a Grace que contara porqué llegó a ese lugar y lo que le pasó la noche anterior. Con infinita paciencia ella volvió a repetir la historia que múltiples personas le habían pedido ya que contara. Luego tuvo que hablar sobre la noche anterior y sabiendo como se vería para la mujer le fue muy difícil decir las palabras.

--- Tal vez estaba soñando con que él se encontraba en la ventana -- Razonó tratando de bajar el perfil a sus acciones-- Desde pequeña que hablo entre sueños. No sería extraño porque últimamente he pensado mucho en lo que vi esa noche...

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora