The Unknown Witch~ [Vol 1] (HP)

1.14 I LOS GEMELOS WEASLEY

14

14 de septiembre

El sábado no había hecho gran cosa, había paseado por el castillo y se entretuvo gran parte en el lago que casi olvidaba que tenía un castigo.

Lucy salió corriendo, se dirigió hacia el despacho de la profesora, al llegar ya eran las 4:40 la señora Hooch le dio un breve regaño y se encaminó hacia el campo de quidditch para luego entrar al sótano a cumplir su castigo: limpiar las escobas y organizarlas, para su mala suerte no eran precisamente pocas. Entendía porque para los magos era un castigo pero ella estaba acostumbrada a eso. 

Con un suspiro empezó su trabajo, estaban llenas de polvo y tierra. Debía tener mucho cuidado con las ramitas, aunque las limpiara se seguían viendo desgastadas, así que si no se veían relucientes no era su culpa.  Continuo así por la siguiente hora, quizá no estaba segura. Y escucho las pisadas de alguien, levantó la cabeza en cuanto sintió que estaban observándola. Era Hooch detrás de ella había dos pelirrojos, sabía quienes eran.

 — Wells, te traje ayuda —anuncio 

Lucy los miro, la profesora les advirtió a los gemelos que debían comportarse y se fue, dejando a los tres. Intercambiaron miradas. Los gemelos sonreían con burla, no sabía si era buena idea fiarse de ellos, sin decirles nada continuo limpiando.

—¿Quién lo diría? —dijo uno de ellos — castigados con una serpiente, hay que tener cuidado Fred.

— Es de primero quizás aún no ha sido corrompida por ellos, George. 

—Sé quienes son, y ahorita solo quiero terminar rápido esto — les advirtió Lucy — Mas les vale no molestar y pónganse a limpiar. 

—Ya te habíamos visto, eres la niña del tren — exclamó uno de ellos, ignorando lo que dijo Lucy — te veías tan perdida ¿Quién iba imaginar que ibas a ser una serpiente? 

—¿Cómo habías dicho que te llamabas? —le preguntó el otro, agarrando una escoba.

Lucy los miro a los dos fulminándolos, solo se la pasaban hablando desde que llegaron. 

—Oh vamos dijiste que sabias quienes somos... 

—... Así que queremos saber quien eres — termino de decir su gemelo. 

—Claro que se quienes son — susurro Lucy con algo de molestia —Son los gemelos que siempre se la pasan haciendo alboroto.

— La pequeña Slytherin tiene carácter — dijo el que se veía mas alto, miro a su hermano y ambos tenían una mirada cómplice. — De hecho eres perfecta para una broma que queremos intentar. 

—Si se atreven a hacerme algo, serán la burla de los demás en los años que les queda aquí—los amenazo Lucy. 

—Eres la serpiente mas terrorífica que hemos conocido —Habían borrado su sonrisa y ahora parecían sorprendidos. — Nadie nos había dicho algo así ni siquiera Snape. 

— No te haremos nada solo respóndenos una pregunta — dijo uno hablando mas tranquilo. 

— Háganla 

— ¿Cómo termino una hija de muggles en Slytherin? — pregunto.

—Que pregunta tan tonta, como demonios voy a saber, pregúntenle al Sombrero demente Seleccionador —Respondió encogiéndose de hombros. 

— Ya ha de estar demasiado viejo ese sombrero —Opino el joven. — Ya que estamos charlando como buenos amigos me presentare soy George Weasley. 

— Y yo soy Fred, nuestra especialidad son las serpientes—dijo y añadió — Y serás la única que tendrá el privilegio de no gastarle bromas.

— Por lo menos si piensan — Susurro la castaña. 

— ¿Y porque te castigaron a ti, serpiente? — pregunto Fred o George le daba igual. 

— ¡Dejen de decirme así! — Exclamo enfadada, y tiro una escoba.  

— ¿Cómo quieres que te llamemos sino nos dices como te llamas? — Inquirió. 

—Les voy a decir pero espero que después cierren la boca y terminen de hacer esto— les dijo fulminándolos con la mirada. Ambos sonrieron. — Soy Lucy Wells y estoy aquí porque fastidie al idiota de Malfoy, eso es todo. 

— ¿Malfoy? ¿Debe ser el hijo de Lucius Malfoy, no? — Hablaban mas entre ellos. 

—Creí que todos los Slytherin eran iguales y se cuidaban las espaldas — Admitió Fred asombrado. 

— Siempre hacen eso — Coincidió George. — Pero ahora entendemos mas, siendo hija de muggles debe ser un tormento estar ahí, no? 

Lucy lo miro una vez mas y les dio la espalda sin responderles. 

Sorprendentemente el resto de la tarde la dejaron en paz, ellos se alejaron un poco mas y acomodaron las escobas. Y cuando se dio cuenta ya habían terminado.