Cuando uno va a Black Rose se espera una universidad normal. La típica que se ve en todos los libros de literatura juvenil.
Pero las apariencias engañan y es hora de descubrir la verdad.
Mis compañeros de habitación todavía no han llegado. Ya he dejado mis cosas y ahora me encuentro inspeccionando la universidad.
Ojalá mi padre estuviera aquí. Me podría enseñar a cómo subir al techo sin hacerme daño. O aún peor. Rasgarme la ropa. Se le puede dar mucho provecho si es que lo consigo. Ir corriendo el medio del pasillo para que todos vean quién soy y lo que acabo de hacer no es muy recomendable.
Voy caminando por los jardines y me distraigo con un árbol. Es un árbol de flor de cere...
-Lo siento. Soy un poquito torpe, no me había fijado en que había alguien delante de mi- Me dijo la chica con la que acababa de chocarme- Mi nombre es Lireden-Me tendió una mano y yo se la devolví
-Yo soy Libra- La chica se estaba a punto de ir cuando la paré- Oye... ¿Eres nueva en la universidad? Yo estoy perdido y necesito que alguien me enseñe esto-
-Bueno... Mi hermana iba aquí antes por lo que la conozco un poco- ¡Bien!- Pero ahora no tengo tiempo y el tour por el centro comenzará en dos horas por lo que no creo que haga mucha falta. ¡Adiós! - Y se fué... Hija de su madre.
En fin, mejor sigo investigando por mi cuenta. Al menos así nadie me preguntará el qué estoy buscando y/o mirando.
Noto algo húmedo en mi mano, me doy la vuelta y... ¿una cabra? ¿¡Qué hace una cabrá aquí y por qué me está chupado la mano!?
-Aaaahhhhhh- Ok... Admito que ese gritó fue bastante afeminado- ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Aléjate fusible de mosquito!-
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Echo a correr cuando ya me ha soltado la mano. Esa maldita me las pagará.
Pov Ofiu
Esto es un asco. He estado todo el camino en una limusina, mis sirvientes me han hecho las maletas y ahora me están abriendo la puerta del vehículo... ¡Como si no tuviera manos para abrirla yo!
Desde pequeña me han mimado y por fin me van a dejar sola. No es justo. Yo quiero hacer de todo y mis padres no me dejan mover un dedo. Entiendo que mi madre quiera que yo tenga lo que ella no tuvo de pequeña. Conozco su historia. ¡Pero esto ya es pasarse!
-Le llevaremos las maletas a su habitación señorita Phipps- Ese era Creul, mi "sirviente" favorito. Aunque yo le pago para que no trabaje y así yo pueda aprender por mi misma.
-O podría pagarte setenta rublones y yo me llevaría las maletas a mi habitación- Coge el dinero y me susurra
-Me gustan sus ideas-
Cuando toda la escolta se fué y ya me pude ir tranquila a mi nueva vida. Sin protección, sin que otras personas te lo hagan todo.... Sólo yo.
[...]
Las maletas pesan más de lo que creía, y subirlas hasta el segundo piso por las escaleras yo sola quizá no haya sido buena idea del todo.
Por fin llego a mi habitación. La número 14 del ala este en la parte de las chicas.
