-Bradd-
Pensé en llevarla a mi casa, o si llevarla a la suya.
Pero es obvio, si lanzó la mochila iba a huir.
Me acerqué y me percaté de que estaba dormida, o bueno, se había desmayado.
La cargué sobre mis hombros y cogí su mochila.
(...)
Llegamos a mi casa, el camino pareció una eternidad ya que tenía que avanzar sigilosamente para que la señora Elsa no se de cuenta.
Abrí la puerta sin mucho esfuerzo y ella susurró algo que no entendí.
Encendí las luces de la pequeña y vacía casa y pensé en apodarla de 'vampiresa' ya que se había despertado al encender yo la luz.
Aún te recuerdo... Pero será mejor que finja que no.
Me miró y de pronto puse una cara de disgusto... Ella estaba cansada, sus casi innnotables ojeras se profundizaron.
Es muy linda.
No Bradd, no.
-¿Qué, dónde estoy? - Observó extrañada el alrededor y cuando ladeé mi cabeza tapó su rostro con sus manos.
-¿Soy feo? ¿Parezco un monstruo? - Me acerqué a su rostro con intención de soplarle los cabellos para que quitará sus manos.
-Me secuestraste...
-Oye no, te salve. Estabas escapando niña.
Definitivamente, eres tú.
(...)
¿Niña?
Esta niña podría lanzarte al suelo. Me baje de su espalda y algo me dolió.
Desapareció en un pasillo de la casa.
Por qué tú...
No creí que fueras el Bradd por el que me ponía bonita cuando tenía 4 años. En teoría, en realidad Margareth me ayudaba.
Eres tú.
¿No me recuerdas? Como podrías si desapareciste de mi vida, ahora eres un joven y parece que fui un recuerdo mínimo.
Intentaba huir de él, de mi viejo amor aunque doliera arrastrar mi pie.
De pronto me tomó de la mano y mis ganas de llorar se hicieron fuertes. El bajo la cabeza, la sacudió y me miró.
De pronto trague saliva, quería refrescar su memoria.
-Te encontré- Dijo el con una sonrisa decadente.
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Capítulo dedicado a mi novio, feliz aniversario chiquito, gracias por todo.
Te amo. :3
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Los monstruos que viven dentro de nosotros.
Mystery / Thriller-No le puedes temer a algo que ya conoces Meredith-dijo tía Elsa-. Sólo se teme a lo desconocido. -Pero tía, yo conocía a mis padres... ¿Dónde están? - Me quedo pensativa con ganas de gritar pero optó por callarme. -Esos son problemas de adultos, no...
