-Meredith-
Al irse aquel hombre, ya era muy tarde, creo que eran las 11:40 pm. Los vecinos salieron por el ruido de la ambulancia pero por suerte yo entré a la casa, por suerte parece que mi tía se puso tapones porque nunca salió.
Mi plan esta teniendo dificultades, habrá que hacer cambios.Cogí mi mochila y salí a las calles, dispuesta a trabajar hasta que el sol se pusiera. Tenía que pagar el hospital.
¿En verdad es él? No importa... Ya ni siquiera quiero recordarlo y menos pensar en el.Me fue bien, encontré trabajo en un centro donde ofrecen jugos, postres, etc. Tuve que omitir un pequeño detalle, ante ellos tengo 18 años y necesitaba dinero para regalarle algo a mi novio. Sí, también dijeron que tengo novio.
Y digo dijeron porque así fue:-Entonces necesitas el dinero para... - Dijo un chico.
-¿Obsequiarle algo a tu novio?- Sonrió una chica de cabello rubio y oxigenado.
Desvíe la mirada y lo tomaron como un sí.
Cerramos la tienda y los del turno tarde se retiraron, dando paso a los de mañana. Todos saludaron a un muchacho de ojos verdes, alto y muy sonriente. Debe de ser el dueño, pensé.Procedí a lavarme las manos y me di cuenta que tenía el mismo apellido que yo, ya que el cuadro que contenía el permiso del alcalde para el funcionamiento del local y ahí figuraba su nombre:
Ben Rozel.
Procedí a picar las frutas, a lavar los platos y vasos.
Casi a las 3am nos dijeron que nos podíamos retirar, yo tenía un bono extra... Por ser nueva.Salí y me despedí de todos.
Estando afuera escuché que me dijeron:-Tienes los ojos de mi madre.
Volteé y era el dueño.
Me dio un sobre, con el pago. Entonces vi sus ojos verdes perdiendo brillo. Para animarlo le dije:-No creó que su mamá tengo ojos feos como los míos. - El sonrió y yo me despedí de el.
Fui a la parada de buses, era tarde y no había alguno.
Pasaban taxis, así que tome uno, volví a casa de Bradd.
Sin abusar de su confianza cogí la galonera de yogurt y los cereales. Eran las 3:48am.
No me fue suficiente y miré la ventana preguntándome que hacer.Recordé el sobre, lo abrí y eran 100 dólares.
-Suficiente para los gastos Meredith. - Me repetí a mi misma con cierta pizca de emoción.
Cuando metía el dinero al sobre vi un papel. Lo desdoblé y lei:
Estoy seguro de que no nos conocemos pero algo en ti me resulta familiar. Lo sé, renunciaste al trabajo hoy mismo, el dinero debió de ser urgente.
Aquí esta mi número por si sientes la misma curiosidad que yo.
-Ben.Fue entonces cuando el sueño me venció. Dormí en el mueble.
Susurré para mis adentros:
Brad... Bradd.
No te vayas, íbamos a casarnos cuando seamos grandes.(...)
-Bradd-
Desperté y estaba en una camilla, la divisé y al ver que no estaba me desesperé, mi corazón se descontroló y de pronto la máquina emitió pitidos.
Una enferma que atravesaba el pasillo escuchó el pitido e ingreso rápido, yo respiraba con dificultad y el personal gritaba:
-¡Calmantes para el joven!
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Los monstruos que viven dentro de nosotros.
Misterio / Suspenso-No le puedes temer a algo que ya conoces Meredith-dijo tía Elsa-. Sólo se teme a lo desconocido. -Pero tía, yo conocía a mis padres... ¿Dónde están? - Me quedo pensativa con ganas de gritar pero optó por callarme. -Esos son problemas de adultos, no...