Capitulo 2

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Hora del desayuno. .
Tan típico, tan monótono y silencioso.
Este paso como todos los días, esta vez al terminar mi desayuno, no tuve de otra que agradecer en silencio.

—Hoy se dará un espectáculo en la noche, quiero que te prepares.— Dijo mi padre antes de que yo me marchara.

Asenti y decidí salir, necesitaba ver a ese chico de nuevo, fui en dirección al sótano, cuando llegue me encontré con lo peor que podría haber pasado, gracias a mis descuidos.

Había dejado la puerta abierta y el ahora no estaba ahí.

—Estaré en problemas. .— Susurre.

Mi corazón estaba en mi garganta, necesitaba encontrar a ese chico, salí corriendo de ahí, comencé a buscar y a buscar, busque por toda la casa, habitación por habitación, ya hasta estaba por darme por vencida, sin embargo algo llamo mi atención. . Alguien tocaba el piano.
¿Cómo era posible? La única que sabe tocar piano en esta casa soy yo.

Fui hasta ese pequeño salón de ocio familiar, abrí la puerta lentamente, asomando de apoco mi cabeza, ahí podía verlo a el, ese niño estaba tocando el piano, lo hacía con agilidad, incluso parecía tocar mejor que yo, por mucho que de vez en cuando se detuviera, ya que parecía olvidar ligeramente las notas.

Entré a la habitación, poco a poco me acerque a el. Poco a poco pude reconocer lo que tocaba, sin poder evitarlo, comencé a cantar.

— Estos sentimientos, atacan mi ser lentamente. . Me destrozan junto a ese atardecer. Deseo que se los lleve el viento.— Cantaba aquella letra, el me miro, aún así no dejo de tocar, yo tampoco deje de cantar.— En este atardecer, desde mi fría morada, puedo verte a lo lejos. . Tan sonriente. Mi corazón se acelera. ¿Recuerdas? La felicidad que se siente al tocarse nuestras manos. ¿Sueñas? Con nuestro pasado al igual que yo.—

Me senté a su lado, al ver que venía la parte de ese coro me detuve, el también dejo de tocar, me miro y esta vez sin miedo alguno, me abrazo.

¿No me tenía miedo?. . Por segundos me costó reaccionar, nadie me había abrazado. . No desde que mi difunta madre lo hizo hace ya casi ocho años.

Poco a poco rodee mis brazos al rededor de su cuerpo, cerré mis ojos tras apoyar mi barbilla en su hombro, eran tan cálido. . Me hacia sentir nostálgica, hace tanto que nadie. . Si quiera me ponía un dedo encima.

Suspire, fue entonces que tome distancia y le mire. . El estaba algo sucio, su ropa tenía algo de sangre pero esta se veía vieja, esa enorme camisa más grande que su cuerpo, tenía varios grandes agujeros su bermuda también parecía algo grande y se veía sucia y desgastada, su rostro también estaba algo sucio, pero aún así. . Yo lo sabía. .el no era un salvaje, más bien era bastante educado a mi parecer. . Sin embargo parecía no entender nuestro idioma.

Y mi japonés no es del todo bueno. .aun así, comprendía algo del idioma, gracias a que cuando mi madre estaba viva, tomaba clases particulares, actualmente podía hablar inglés, ruso, alemán y español a la perfección, pero el japonés nunca ha sido mi fuerte, sin embargo necesitaba comunicarme con el.

—¿Cuál es tu nombre?.— Pregunte.

—Me..to. .—Respondió el con su miraba baja.

—¿Ese es tu nombre?.— Pregunte, el asintió.— Ya veo. .—Me quede pensando un poco en la siguiente pregunta hasta que se me ocurrió algo.— ¿Cuál es tu edad?.—

El alzo sus manos, mostrándome sus dedos, luego oculto algunos, dejando sólo seis a la vista.

—¿dieseis años?.— Pregunte, el nuevamente asintió. Me quede algo sorprendida. . El tenía más edad que yo, sin embargo lucía mucho más joven. . Tal y como de once o doce años.— Eres mayor que yo.—

☆ The Freak Show☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora