Capitulo 7

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Era estresante. . Teníamos tres días en Japón, apenas recién el día anterior comenzó el trabajo, pero el agotamiento se sentía al igual que la presión.

Todos estaban de arriba a abajo, de un lado a otro. . Las funciones no paraban, una detrás de otra, por otro lado debíamos dar entrevistas en nuestro tiempo de descanso, tomarnos fotos, era demasiado, pero nadie dijo que sería fácil.

Sólo faltaba un show más esa noche, el último del día, después iríamos a comer y a descansar. . Todo fue muy rutinario, ya que hicimos el mismo espectáculo durante todo el día como si fuéramos unas máquinas. . Tras mi último número sentía que iba a desfallecer. . Sólo pude mantenerme en pie con la ayuda de Gared, hasta que fuera el último tras bambalinas.

Habían muchas personas con quien estrechar la mano esa noche. . Todos eran iguales, cabello negro ojos rasgados, sonrisas falsas y piel perfecta. . Los japoneses son terriblemente vanidosos y jodidos en cuanto a su aspecto. .

De los últimos grupos de esa noche, uno me llamo la atención, esos chicos eran diferentes a la mayoría, con sus cabellos teñidos y piercings, era agradable ver algo diferente.

Chris una vez más repitió el mismo discurso que había dado desde la noche anterior, se presentó, después me presento a mi y al resto del elenco.

Una vez más, fui a darle la mano a cada uno, comencé por las mujeres, pues las damas siempre van primero, seguí por esos extraños hombres, terminando por el más pequeño, el cual posiblemente sólo era un poco más alto que yo.

Tome su mano para estrecharla con la mia. . Fue entonces que dijo algo que me heló la sangre.

—Soy Meto. .— Dijo.

¿Meto?. . ¿Acaso el era?¿Mi meto?. . Quise creer que sólo era una coincidencia, muchos hombres más en el mundo podrían llamarse así. .  Pero su cara, era tan terriblemente parecida, sólo el color de su cabello era diferente, tampoco tenía tantos piercings como el Meto que yo conocía. .  Este chico también parecía tener más tatuajes que mi meto. . Así que sólo deje pasar eso. .

Hasta qué me toco tomarme una foto con el. Justo entonces me pidió que habláramos en privado. ¿Por qué?. .  Para entonces ya tenía mis nervios a flor de piel, pero acepte.

Apenas terminamos con el último grupo, salí hacia la entrada del Tokio dome, no me había ni tomado las molestias de cambiarme, sólo me cubrí con una chaqueta y me coloque los primeros zapatos que encontré.

Mire a todos lados, pude verlo cerca de una banca así que me acerque.

—¿Qué es lo que desea hablar conmigo?.— Pregunte.

El alzo su rostro y me miro de pies a cabeza, metió la mano dentro del bolso negro que cargaba y sacó un peluche de oso.

—Por casualidad. . ¿Recuerda esto?.— Pregunto acercándome el oso.

Con mis manos temblorosas lo tome, mire fijamente el peluche. . Era algo diferente, tenía trozos de tela. . Parecía como si hubieran intentado repararlo de alguna forma, aún así. . Debido a esa etiqueta con la inicial L sabía que era Ruana. . Pues aquel oso era único, lo habían hecho exclusivamente para mi.

Mire a ese chico de cabellos rojizos, mis ojos ya me amenazaban con dejarme en ridículo haciendo que se me escapara alguna lágrima.

—¿Meto?. . — Pregunte.— ¿En verdad eres quien yo creo?.—

El parecía querer llorar también, como pudo asintió y fue a abrazarme fuertemente, para entonces no pude contener mi llanto, me aferre a el, abrazándolo con todas mis fuerzas.

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