Capítulo 5 - Alianza Interplanetaria

106 12 8
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Maia

Dos días después...

Juro que todos los planetas se han alineado para joderme. Mantener una doble personalidad no es tan fácil como lo hace parecer Batman.

Justo cuando todo parecía ir bien, ¡bang! La vida me recuerda de donde vengo.

Había podido aprobar los exámenes del secundario, había conseguido una beca en un conservatorio para estudiar ballet. Hasta había hecho un amigo. Todo sin dejar de trabajar en el club. Pero ahora se me viene el mundo abajo.

A pesar de haberlo estado evadiendo por dos días, Ezequiel sigue acercándose a hablar conmigo. Parece que su padre no le ha contado nada. Probablemente sea porque no le conviene. No va a querer que su hijo se entere que engañó a su madre con una stripper. Y mucho menos si la stripper tiene 17 años.

Tengo que saber si me va a delatar. Si lo hace, me van a echar de mi trabajo y tal vez me envíen a mí y a mi hermana, a un hogar de acogida temporal.

—Ya estoy lista, Mai—dice mi hermanita.

—¿Tienes tu cuaderno?—pregunto.

—Sí.

—¿No vas a tener frío con esa chaqueta? A ver...déjame buscarte otra.

—¡Nooo, Mai!

—Bueno, bueno. Como quieras.

—¡Hola Luli!—dice Samanta, nuestra compañera de depto.

—¡Hola! Ya nos vamos para la escuela—dice Lu con entusiasmo.

—¡Qué bueno, princesa! Ve y aprende mucho. No le des bolilla a los chicos—le dice con una sonrisa.

Le sonrío a Sami y salimos. Caminamos una cuadra y la dejo en la academia.

Son las 8 y 10 de la mañana. Si me apuro tal vez puedo encontrar al padre de Ezequiel sólo en su casa. No viven muy lejos.

Al llegar, tomo un respiro y levanto la mano para tocar el timbre, pero me detiene la puerta que se abre. Él está parado frente a mí, más sensual que nunca y completamente ignorante de mi presencia. Tiene unos zapatos negros brillantes, y un traje y un chaleco grises sobre una camisa blanca. Su cabello está despeinado y mojado, y sus ojos están cubiertos por unas gafas de sol aviadoras. Está mirando dentro de un maletín oscuro.

Me aclaro la garganta para llamar su atención. Su rostro se mueve y sus gafas giran en mi dirección. Su rostro endurece, como su hubiese tragado algo agrio.

Intento sonreír pero no me sale.

—Hola, ¿puedo hablar contigo?

Sigue parado, inmóvil, su expresión indescifrable, sus ojos completamente ocultos.

Amor Clandestino #ChA2017 #WGA2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora