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1789 - Othermill

Las mañanas siempre prometian ser comúnes y corriente en este sitio, el sol, como todas las mañanas alumbraba la campana de una pequeña iglesia situada en medio del pueblo. Casi todos los habitantes de este pueblo cada domingo religiosamente asistían a misa y pedían por su día a día.

Existía una sola persona que nunca había asistido a tales misas y claramente, daba de que hablar en el pueblo.

Esther Marth era ya de una avanzada edad, había cumplido los 89 años y nunca, desde que su esposo murió, había volvido a ir a tal lugar.

Las malas lenguas de personas sin corazón hicieron correr el rumor de que Esther había matado a su amado con un hechizo, y desde ahí las cosas empezaron a cambiar.

La primera semana de haber muerto su marido, ella estaba en la tienda del pueblo haciendo las compras cotidianas, cuando un grupo de mujeres la comenzaron a atacar verbalmente haciendo que tuviera que salir del lugar.

Más tarde, un año después para ser más precisos, como todos en verano Esther quería ir al lago que estaba a pasitos del pueblo, y una vez más con insultos y acusaciones sin sentido ella tuvo que desistir.

Desde esa vez, ella se propuso salir lo menos posible de su hogar plantó su propia huerta, criaba gallinas y patos, cosas que se le hacía fácil manejar; hasta que un día a la edad de 95 años el pueblo organizó un complot en contra de esta pobre anciana y la acusaron de brujería y satanismo.

El pueblo entero se reunió en la iglesia y decidieron el final de Esther.

Esa misma tarde ella fue quemada viva.

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La última rosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora