Cuando Menos Te Lo Esperas

25. La vuelta

— Pero Xuso...
— Nada, Mónica. Yo siempre te querré y estaré aquí para todo lo que necesites. Pero aunque esto me duela, tu quieres a Óscar.
— Puede que tengas razón... Pero quiero que sepas que nunca me arrepentiré de lo que hemos vivido juntos.
Nos miramos y nos sonreímos. Hasta que yo pensé un poco más allá y le pregunté a Xuso;
— ¿Y qué le digo yo a Óscar? Sigo estando molesta por lo que me dijo hace tiempo.
— Tú solo ves a su casa, y el destino y los sentimientos harán el resto.
— Bueno, pero ya es tarde. ¿Puedo dormir aquí?
— Claro, tú siempre eres y serás bienvenida en esta casa.
— Bueno, pero esta vez haremos una barrera de cojines para no tentarnos, golosón.
Cenamos, y nos fuimos a la cama, sin roce pero con cariño. Ahora tenía que asimilar que había cortado con Xuso... Estaba nerviosa por saber cómo reaccionaría Óscar la mañana siguiente. "A lo mejor ahora es él que no me quiere ver" pensé, y aquella duda se estableció en mi mente, apoderándose de ella de tal forma que me costó mucho conciliar el sueño.
Cuando me desperté, Xuso me contemplaba, sonriendo. No sé porqué, pero me empecé a reír.
Después de desayunar, recogí las miles de prendas de ropa que tenía por toda la casa de Xuso, y me despedí de él con un "Hasta otro día cielo" y dos besos.
A medida que me acercaba a casa de Óscar, mis dudas y mis temores iban a peor. Me temblaban las piernas, y estaba empezando a sudar, tenía la sensación de que todo el mundo me miraba.
Al llegar, piqué a la puerta y esperé. Lo que Óscar tardó en abrir me parecieron horas, aunque fueron segundos.
— Ho... Hola Mónica.
No le contesté. Le miré dulcemente y le di el típico beso de película que es imposible olvidar, al que él me respondió al instante.
— ¿Y esto? - preguntó desconcertado.
— Me he dado cuenta de lo mucho que te necesito...
— Me alegro que estés de vuelta.