7. ¿Qué ha pasado y qué está pasando?

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Me desperté en mi cama, no me acordaba de nada. Hice el intento de levantarme pero me di cuenta que tenia una enorme venda en mi pierna, la cual pesaba tanto que no me podía ni mover.
Tuve que avisar a Óscar, que estaba durmiendo, para que me explicara lo ocurrido. Lo hizo con todo lujo de detalles.
— Levántate cariño, que te ayudaré a curarte la herida.
Me levanté de la cama y, después de retorcerme de dolor un rato, bajé a desayunar. Todo durante esa semana sucedió con normalidad, a pesar de que a los sitios a los que me tenía que desplazar iba un poco más lenta; pero aparte de eso no hubo ningún sobresalto. Hasta el viernes.
El viernes ya me había desprendido de aquella venda insoportable, con lo cual podía andar con normalidad y la cicatriz apenas se notaba; si no te fijabas, claro.
No pude quedar con Ángel porque él ya estaba en TCMS y Óscar no me podía acompañar ya que trabajaba.
Fui sola, no me quedaba otro remedio. Bueno sí, podría haber llamado a Xuso, pero no me apetecía, la verdad.
Cuando llegué saludé a Ángel y me dirigí a mi camerino. Me crucé con Xuso, pero bajé la mirada y seguí caminando. Hasta que pude notar como un brazo me había cogido, y me giré.
Mónica, ¿Por qué me evitas?
Yo no...
Y justo en ese momento, me cogió por la cintura y me besó. Tras dos o tres segundos de quedarme paralizada, me fui corriendo (como pude) mientras oía algún que otro grito de Xuso llamándome.

Cuando Menos Te Lo EsperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora