Capítulo 1.

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Emma
¡Maldita sea! ¡La maldita alarma del maldito celular no sonó! ¡Voy malditamente tarde a la escuela! ¡DE NUEVO! Odio llegar tarde, Dios, siento como si eso fuera a arruinar el resto de mi día. Pero llego tarde la mayoría del tiempo... A todos lados. ¡No es culpa mía ser tan despistada y distraída algunas veces!

¿Solo algunas?

Tú shh.

Luego de levantarme de golpe y vestirme me dirigí a la cocina a desayunar, cuando me senté en el mesón mi abuela me preguntó si ya había repasado para el examen.

-Estudiaré con Nicolle en el receso-mentí. Ella me miró desconfiada (y con razón) por lo que añadí: -Haremos la simulación del examen.
Seguía sin creerme cuando se volteó para servirme de beber, pero preferí dejarlo así, si hablaba de más, menos me creería. Cuando eran las 6:45 empecé a gritar como una desquiciada, apurando a todo el mundo para salir rápido. Pero ni así logro llegar temprano. Tiendo a pensar que es un gran complot en mi contra que me tiende el tiempo o el destino, eso o estoy maldita a llegar tarde todos los días de mi larga vida, aunque ahora que lo pienso quizá es lo mismo... Es que siempre llego tarde, y no son cinco minutos tarde, son de quince en adelante, sobre todo para ir a reuniones o fiestas, ahí son de cuarenta y cinco minutos a una hora. Pero en mi defensa, es algo familiar, lo llevo en la sangre, ellos también llegan tarde. ELLOS ME HACEN LLEGAR TARDE.

Lo que más odiaba era, cuando vivía con mi mamá, que mi padrastro me hiciera llegar tarde, porque con él no llegaba ni una hora tarde, llegaba en el receso, y ese receso era dos horas y media después. Aunque allá ese era uno de los problemas más pequeños con mi padrastro...

Y llegué cinco minutos antes de que tocaran la campana.

¡Y SÍ, ESO ES TARDE!

Al llegar me fui a donde estaban un grupo de personas hablando de no sé qué porque no estaba prestando atención, nunca estoy prestándoles atención, para ser sincera, no es la clase de personas con la que acostumbro, pero la perra de Nicolle no ha llegado, y su grupo de amigos está por allá (James, Estephany, Lore, Diego...) y me pone incomoda estar sin ella con ellos, porque yo no pertenezco ahí, y creo que ni les agrado, creo que solo me dejan estar con ellos cuando está Nicolle porque no les queda alternativa... Y no es que sea por ser nueva, simplemente se me hace imposible encajar en grupos.

(...)

¡Lo odio! ¡Odio todo de él! Y no quiero sentir nada por él, pero, en estos momentos, no puedo sentir más que odio, simple odio por alguien que amé alguna vez. Es graciosa la forma en como las cosas cambian, ¿No es así? En la vida amas a personas que odiaste en algún momento y odias a personas que amaste con locura. Es que ahí está él, sonriéndome desde la silla mientras yo estoy sentada en el suelo, intentando esconder toda mi rabia por ser lo suficientemente estúpida como para ponerme en otro trabajo con él después del problema. Nicolle y Maggie estaban decorando la cartulina, y yo pues deseando golpear algo, preferiblemente la cara del idiota sentado en diagonal a mí con tantas ganas que podría romperla. Pero no soy una persona agresiva.

Soy una persona estúpida. Lo suficientemente estúpida como para no creer nada de lo que los demás me decían de él, lo suficientemente estúpida como para excusarlo todo el tiempo. Lo suficientemente estúpida para llegar a enamorarme de él. Aunque ahora sé que lo hice, que me enamoré de él, porque no tenía idea de quién demonios era él en realidad, porque si lo hubiese sabido, desde hace tiempo estaría sintiendo lo que ahora siento, odio, aunque tal vez no con tantas ganas.

Pero estoy segura de que si pudiera volver el tiempo atrás, haría todo justo como lo hice. Porque las mentiras y las fantasías son lindas mientras duran. Y esa duró un tiempo, pero ya no más. Y aunque es difícil, terminas aceptando las cosas como son y no como tú crees que son.

Últimamente muchos han estado preguntándome constantemente qué está pasando conmigo, y no es que algo me esté pasando, es que quiero dejar de darle todo de mi a todos, porque me di cuenta de que si sigo así no me quedará nada. Y no dejaré que eso suceda.
En el receso la señorita Nicolle estaba molesta, mucho. "Son mis malditos problemas" repetía sin cesar. ¿Y sabes qué, Nicolle? Lo son. Son tus malditos problemas y no puedes hacer nada por ellos. Ella es una persona con una actitud muy curiosa, quizá fue eso lo que me llamó la atención de ella, cuando está enojada es muy sarcástica, y cuando tiene el genio atravesado no hay quien la aguante. Pero es una persona con la que te encariñas muy rápido. Y pensar que casi la perdí por las personas equivocadas... Aun siento que sigue un poco molesta conmigo por eso, pero ella siempre está molesta con todos, así que ni modo.

-Mi mundo se fue desmoronando...-dijo ella.

-Hasta que, de repente, ya no tenía mundo.-concluí.

Porque sabía de lo que hablaba.

Porque yo siento lo mismo.

Ahora o NuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora