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El beso se detuvo y nuestros labios se separaron lentamente

Abrí los ojos solo para toparme con los suyos los cuales me miraban.
Yo lo miraba perpleja esperando que dijera algo.

-Maite...

*Raúl y-yo...

-No, no digas nada

Giró su cara al lado contrario de donde yo estaba, cerró los ojo y puso su mano en su cara.

-Lo siento, no debí besarte

*No hace falta las disculpas

Me miro

*Te segui el beso, tambien tengo culpa de esto. -sonrei sin mostrar los dientes-

-De acuerdo, espero que esto no afecte nuestra amistad. -sonrio-

La sonrisa de mi rostro se borro, y solo le asentí con la cabeza, el se levanto y salio de la habitación.

Amistad, esas palabras retumbaban en mi cabeza.

¿Qué esperabas Maite?
¿Qué por un simple beso le ibas a gustar?

Esa voz en mi cabeza tenia razón, debia dejar de ponerme triste por cosas que son obviamente imposibles.

Por poco y una lagrima cae por mi rostro, sacudí mi cabeza y resfregue mis ojos.
Sali de la habitación y vi a Raúl en la sala, sentado en el sofa, ya iba a ser hora de almorzar, revise el refri y no habia nada para preparar el almuerzo, decidí salir a comprar, fui por mi bolso al cuarto de Raúl.
Cuando estaba por abrir la puerta Raúl me habló, me detuve con la mano el en pomo de la puerta y mirando fijamente la puerta, pude ver de reojo que el me miraba

-¿A donde vas?

* Afuera

¿Para qué?

*Para comprar

-¿Qué cosa?

*Comida, para hacer el almuerzo

-¿Puedes mirarme cuando te hablo?

Solté el pomo de la puerta, me giré donde estaba el y lo mire.
Mi mirada no era alegre, simplemente lo observe seria.
El me miro extrañado

-¿Qué tienes?

Se paró y puso su mano sobre mi hombro.

*Nada

Retrocedí y gire la cara mirando al piso.

-Oye no me creo eso de nada, no soy tonto, ni tampoco un despistado, me doy cuenta de muchas cosas.

Me miro serio, mi mirada volvio hacia el, para ser mas especifica clave mis ojos con los suyos.

*¿Que no eres un tonto, ni un despistado? -rei sarcasticamente- pues te informo que lo eres, dices que te das cuenta de muchas cosas pues te de seguro te has dado cuenta de lo que siento entonces.

Me miro extrañado, suspire mientras ponia  los ojos en blanco, estaba medio cabreada.

* ¡Que me gustas tonto! Me entiendes, me gustas.

El retrocedió unos pasos con una cara de asombro, me puse triste, en mi cabeza senti que la habia cagado, tenia ganas de llorar, me aguante y sali corriendo de la casa, dejando la puerta abierta, no queria volver a allí.

Corrí hasta la siguiente cuadra, luego comencé a caminar lentamente, me apoye en un muro y mire mis pies.

¿Que hiciste Maite?
La cagaste.
Ya no hay vuelta atras, perdiste a Raúl.
Mas te vale andar buscando casa nueva.

Lamentablemente esa voz en mi cabeza tenia razón, no podia volver a su casa y lo peor de todo no podia volver a verle, la habia cagado y ya no tenia arreglo.

Fui al restaurante más cercano y almorcé allí, luego de eso decidí darme una vuelta por la zona, no conocia mucho la ciudad ya que el accidente me impidió conocer esta ciudad como se debe.

Luego de unas horas caminando y mirando tiendas, mire la hora de mi reloj, era momento de ir al funeral no sin antes comprar flores, tuve suerte de había una floreria cerca.

Luego cojí un taxi, le dije la dirección y allá me dirigía, mientras el taxi avanzaba hacia mi destino, senti que en mi garganta se forma un nudo.

Yo...yo no estaba lista para esto, no estaba lista para enterrar a madre.

El taxista me saco de mis pensamientos diciéndome que ya habia llegado a mi destino, le pague, le agradecí y me baje.

Ahí estaba yo parada sin moverme, debía entrar pero no tenia fuerzas para hacerlo, me senti debil, indefensa, estaba sola.

Me armé de valor y entre a aquel lugar.

Habia mucha gente triste y tambien llorando, el ambiente era deprimente, ¿Y que mas me podría esperar? Estaba en un funeral.

Vi el nombre de mi madre, me acerque y ahí estaba ella, se la miraba tan serena, puse mi mano en el cajón, juro que trate de no llorar, pero las lagrimas salían solas, mi corazón me dolia.

Puse las flores al lado de su nombre y me despedí de ella para siempre, esa imagen de mi madre en el cajón se me quedaría para siempre.

Luego de unos minutos comenzaron a bajar los cajones, ya iban a ser enterrados.

El de mi madre fue el tercero, yo solo lloraba y me despedía de quien el vida fue mi madre.

Luego de eso siguieron enterrando a los demas fallecidos, decidí salir de allí, justo cuando me dí la vuelta mi ojos chocaron con los de...Raúl.

No podia quitar mis ojos de el, sentí que todos desaparecían y que solo el y yo estabamos allí...

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Mil disculpas si dejé abandonada la historia 💔

La verdad es que tuve muchísima tarea ya que ya va a ser fin de bimestre y me estoy preparando para los examenes.

Ademas que murio una amiga y no eh podido dormir 2 noches por eso.

Les pido disculpas de nuevo y espero que sigan leyendo esta historia ^^


Querido RaúlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora