capítulo 2

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Llegó el sábado, estaba a punto de iniciar aquel curso, algo nerviosa. Le fue bien, no fue tan difícil y allí se encontraba Camille.

Pasaron las semanas, en ninguna faltó, ya hace tiempo se había dado cuenta que allí tenían una máquina dispensadora, no pudo evitarlo, le daba bastante curiosidad así que uno de esos sábados decidió intentar comprar algo.
Llevo algunas monedas, Camille la acompaño, inserto las monedas en la ranura correspondiente pero por alguna razón la máquina le devolvía una de ellas, sin contar que detrás de ellas se encontraban dos niños.

Oigan, ya van a comprar - dijo uno de ellos al tiempo que Rossane se volteaba.

Se quedó un breve tiempo admirando aquellos enormes ojos color avellana, eran magníficos pensó. Al salir de aquel pequeño trance pudo al fin explicarles lo que sucedía con la máquina por lo que el chico de ojos avellana las ayudo, agradecieron de buena manera y al poco rato se fueron de allí .

¿que si se lo pudo sacar de la mente? La respuesta es no, pensó en aquellos ojos durante un buen tiempo.

Fueron pasando los días y con ellos las semanas, se hablaban algunos días, fue conociendolo y sabiendo de su vida.

Más pronto que tarde llegó octubre y cada vez estaba más cerca aquel día.

Aquella mañana del 08 de octubre de algún año en específico se hallaba en un salón de belleza arreglándose, un peinado pomposo y con rulos de alto volumen, las uñas pulcramente arregladas y el vestido blanco con detalles rosados.

Llendo a la iglesia encontró a varias de sus compañeras, luego de un breve viaje ya se encontraba en la iglesia junto a los demás a la espera de realizar su primera comunión.

Lo busco con la mirada, y el estaba en la otra esquina contraria a en la que ella estaba. Fue la ceremonia, se dijeron las oraciones correspondientes, y de pronto ya fue el momento en que todos salieron, lo busco, quería despedirse, lo encontró, pero se hallaba bastante lejos.

El clima de aquel día estuvo bastante raro, en algunos momentos era un hermoso día soleado, y en otros tantos se veía caer una leve llovizna, se podía apreciar el olor de la humedad.

Pocos de sus familiares asistieron, y realmente no ponía mucho cuidado a lo que decían, en su mente solo cabía el pensamiento de que no lo volvería a ver.

Podria Ser (? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora