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En ti encontré todo aquello que nunca había encontrado en nadie. Me podría pasar el día escribiendo sobre ti, sobre tus manías, sobre tu risa, sobre cada detalle que cualquiera no se daría cuenta, aquéllos que yo quería (y quiero).
Cada vez que hablabas de algo que te gustaba tus ojos se iluminaban y se dibujaba en tu rostro una sonrisa de oreja a oreja que me tenía completamente enamorado.

Enamorado. Esa palabra.

Qué raro me suena aún. Y yo que pensé que nunca me enamoraría, que siempre lo había evitado a toda costa para no salir herido. Para que no me hicieran daño. 

Como dice Elvira Sastre, hay mujeres que son estaciones de (d)año y supongo que tú fuiste una de ellas porque joder, aunque me intente mentir a mí mismo, te echo muchísimo de menos.

A corazón abierto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora