Clexa- Polos Opuestos

Se acabó el curso

Las clases se acababan y con ello el calor llegaba. Sin embargo, las chicas no podían salir para aprovecharlo. Los últimos exámenes del curso estaban entre ellas y el ansiado verano.  Lexa se sentía más preparada que nunca, claro que nunca se preparaba nada.

Las clases particulares de Clarke habían sido muy efectivas. Lexa no era tonta, sólo le hacía falta ponerse a ello. Clarke era buena profesora, y tenía la capacidad de hacer que Lexa se pusiera a estudiar. De hecho, la rubia estaba flipando con el cambio de su amiga. Había notado que Lexa atendía más en clase y que se enteraba de más cosas, pero sobretodo había notado que se interesaba por las clases.

Lo que ella no sabía es que Lexa había empezado a estudiar en casa para impresionar a la rubia en las clases particulares. Se le daba bien, pero su problema era que se distraía. Los problemas de matemáticas que en casa le salían, se le iban al garete cuando Clarke le observaba. Las lecciones de historia, grabadas a fuego en su cabeza, se volvían grandes nubes de datos inaccesibles cuando se las recitaba a Clarke.

A veces Clarke se acercaba por detrás para mirar el trabajo de Lexa, pero esta, con el abrazo, se desconcentraba y se paraba.

- Tienes que sacar factor común- Le decía Clarke

- Em... Sí, claro. Factor común- respondía Lexa intentando no pensar en el abrazo

- La x. No hay término en c, así que sacas la x y, al estar igualado a 0... -"Vamos Lexa, que esto sabes hacerlo de sobra"- Y luego compruebas los resultados y ya está.

- Em... Sí claro. Por supuesto.

Clarke finalmente se apartó, y Lexa pudo volver a respirar. No había escuchado la explicación, pero no le hizo falta. Una vez empezó a pensar, lo resolvió sin problemas.

- ¿Por qué te pones tan nerviosa cuando me acerco?

- ¿Qué? Yo no me pongo nerviosa. Es sólo que las mates no son fáciles- Intentó disimular Lexa

- Te has puesto roja. Se ve que estás completamente enamorada de mí- Bromeó Clarke

- Me has pillado- Bromeó Lexa fingiendo que fingía.

- Venga, el siguiente apartado. A ver si esta te sale.

Lexa disfrutaba de las clases, pero a veces se le hacían incómodas. Le encantaba estar con Clarke, pasar tiempo con ella, reírse con ella, etc. Además, muchas veces después de las clases jugaban a videojuegos, veían pelis, salían a dar una vuelta... Ahora pasaba mucho más tiempo con Clarke, y eso le encantaba.

Pero, por otra parte, odiaba tener que ser la "amiga" de Clarke. Pensaba en los primeros días, en los que habría dado lo que fuera para ser su amiga, y a veces llegaba a la conclusión de que habría sido mejor si nunca hubieran entablado amistad. Así por lo menos no estaría en la friendzone y no estaría tan loca por ella.

Clarke, por su parte, disfrutaba dándole clases a Lexa. Era una forma de estudiar, porque para prepararse las clases tenía que repasarlo todo. Además, le gustaba dirigir a la "indomable" Lexa. La ojiverde siempre aparentaba seguridad, confianza y capacidad de liderazgo. Pero en las clases era distinto. En las clases no estaba segura de lo que hacía y hasta se ponía nerviosa.

Había decidido no preguntarle a Lexa por su pasado, y había sido una gran decisión. Llevaban todo el curso de maravilla. Sin grandes peleas, sin muchas lágrimas y sin grandes dramas. A veces le tocaba despertar a Lexa de alguna pesadilla, pero se veía que su compañera había mejorado mucho. Los días que dormían juntas (cosas que pasaba bastante a menudo cuando iban a la azotea del padre de Clarke y el tiempo se les echaba encima), Lexa no solía tener malos sueños.