¡MI ÁNGEL CAIDO DEL CIELO!

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Ya había llegado el sábado y se encontraba en el coche junto a sus amigas, todas iban cantando lo que escuchaban en la radio de la camioneta de ¿quién creen?. Sí, de Cloe.



Pasó media hora de canciones y para la morena se le hizo una eternidad, a cada momento revisaba su celular como si estuviera esperando una llamada aún sabiendo que él le había avisado que no iba a poder charlar con ella porque se iba a un lugar que ella desconocía, al recordar esto la morena frunció el ceño y aventó su móvil al bolso de mano que tenía. Cloe al observarla soltó una pequeña risita y volteando la mirada a su amiga le toco el hombro, ella al ver la mirada cómplice de la chica solo rodó los ojos.



-¿Acaso estas esperando una llamada de cierto hombre?-preguntó alzando una ceja bien marcada.



-No como crees, lo-lo que pasa es que ya tardamos mucho y no hemos llegado, además si fuera así ¿qué tiene de malo?- respondió la morena.



-Nada - pronunciaron sus amigas.



-Llegamos -mencionó Luz apuntando con el dedo índice el lugar donde comenzaba a verse la playa.



Aparcaron la camioneta y todas comenzaron a bajar y tomar sus maletas, se alojaron en el hotel con la suite más lujosa. Sin esperar se cambiaron la ropa por su bikini y salieron a tomar el sol en la alberca del hotel.



Franky al darse por vencida de que no la llamaría dejó su móvil en la habitación. Pasadas unas cuantas horas regreso al la suite, se moría de sueño y quería descansar, además de que estaba un poco triste puesto que los novios de sus amigas llegaron hace un rato. Maldijo por no haber invitado a... Cierto aún no le preguntaba su nombre.



Sacó su móvil para revisar sus redes y encontró que tenia diez llamadas pérdidas de él, se maldijo por no llevar el móvil, las llamadas tenían ya hora y media así que, dispuesta a todo, marcó el numero tantas veces hasta que al otro lado de la línea descolgaron.



-¿Sí?- contestaron.



-Hola, soy Franky ¿Cómo estás? -habló la chica.



-Bien, bien ¿por qué? ¿Ya me extrañas? -se burló el rubio riéndose de ella- porque si es así, soy capaz de robarte ahora mismo de tu hotel.



- Quisieras, pero el motivo de mi llamada era porque revisé mi registro y tengo 10 llamadas tuyas, y pues pensé que te sucedió algo y así - dijo respondiendo lo último con nervios - Y para algo importante también aclarándose la garganta le preguntó - ¿Cual es tu nombre?.



Se escuchó una fuerte carcajada en la otra línea y la chica frunciendo el ceño le dijo que no era broma esa pregunta, realmente no le había dicho su nombre y aún así ella confiaba en él, sentía que estando a su lado estaría protegida, aunque a veces de igual manera se sentía desprotegida como que su subconsciente le decía que no debía confiar en el , pero no se lo mencionaba a nadie, puesto a que creía que eran supersticiones suyas.



-Devon, mi nombre es Devon - Escuchó de tras de su móvil, entonces se quedó parada en shock. Sus pensamientos vagaron hasta el momento exacto de su sueño: El sobre ella, sus respiraciones cada vez más fuertes, el aroma que desprendía su cuerpo, el perfecto olor a frescura, sus rostros acercándose cada vez más, el beso perfecto; me llamo Devon y aunque seas hermosa debo acabar con mi misión...



- ¿Hola?, ¿sigues ahí? - preguntó el joven sacándola de sus pensamientos, ya sabia que ando andaba mal y que es lo que tenía la chica así que con un tono burlesco le preguntó -¿Es que acaso sólo con mencionarte mi nombre te dejo sin habla? Y eso que no has salido conmigo, no sabía que tan guapo soy - bufó el chico riéndose de ella.

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