Era lunes por la mañana, todos corrían a sus salones esperando no llegar tarde, esperaba no encontrarme a Olivia, ella definitivamente me mataría por lo qué pasó en el ensayo.
Caminé, no, di grandes zancadas hasta mi salón de clases y una vez adentro decidí que nunca saldría de este lugar hasta ver a Steph.
Me dirigí hasta mi lugar y me senté como de costumbre, había llegado bastante temprano, así que el aula estaba algo vacía, los asientos de atrás eran los mejores, pasaba totalmente desapercibida.
La puerta del salón de clases se abrió de golpe y el sonido resonó en todo el aula, haciendo que todos los estudiantes voltearan sorprendidos, los fuertes pasos se acercaron a mi asiento, levanté la cabeza con pesadez.
—Tú vendrás conmigo. —Su mirada desafiante hizo que todo mi cuerpo se estremeciera.
Oh, estaba condenada.
—Te estaba esperando. —Le sonreí sin mostrar los dientes. Estaba rodeada por su grupito de amigos, Olivia me tomó del brazo y pude sentir sus uñas enterrándose en el.
Me arrastró desde mi salón hacia afuera, pronto pude sentir las miradas de los pocos estudiantes que habían llegado temprano sobre todos nosotros. ¿Tenía que elegir una habitación tan lejana? Me sentía totalmente expuesta, pero vamos, todos sabían lo patética que era mi vida, aunque probablemente nunca lo vieron de primera mano. El horario les beneficiaba, ningún maestro llegaba a su aula tan temprano siendo honestos.
Al llegar a un aula vacía, Miley cerró la puerta con un golpe seco que resonó en el silencio repentino. La tensión en el aire era palpable. Olivia me empujó contra los muebles detrás, intenté amortiguar la caída con las palmas de mis manos pero finalmente terminé cayendo al suelo por el dolor que me provocó golpearme con los muebles detrás mío.
Sabía por qué estaban comportándose de esa manera antes de que lo dijeran. Olivia se acercó con paso decidido, seguida de cerca por Miley y Isa. Olivia se puso en cuclillas frente a mí con una expresión que intentaba ser severa, pero la delataba la rabia apenas contenida en sus ojos.
—¿Qué crees que estás haciendo al pedirle a Isaac que sea tu pareja de baile? Te lo advierto, Isaac es mío. Sabes perfectamente que él va a terminar siendo mi pareja, porque me voy a encargar de que no vayas a ese baile. —Olivia tomó la palabra primero, con su tono habitual de superioridad mal disimulada.
—Ni creas que alguien como tu puede interponerse entre ellos dos, eres sólo una pequeña roca en el camino. —Miley se inclina ante mi esta vez, escucho el sonido de su goma de mascar entre sus palabras, la miró. Una sonrisa socarrona se asoma por sus labios y saca la goma de mascar de su boca para luego pegarla en mi cabello.
Isa, me mira desde la esquina. Sin decir ni una sola palabra suelto una risa ante sus comentarios.
—No sabía que se requería una aprobación previa para bailar con alguien. —Sonrío, sabiendo que mi respuesta solo aumentará su frustración. Olivia frunce el ceño, evidentemente molesta por mi actitud desafiante.
—No te hagas la inocente, Joyce. Sabes muy bien lo que estás haciendo. —Se acerca a mi y levanta mi cara con sus manos. —Mírame, te voy a destruir esa carita tuya para que aprendas a no tocar lo tuyo, te verás tan horrible que no te quedarán de asistir a ese baile.
—No puedes hacer nada para hacer que me odie más. —Respondo con una sonrisa burlona. —Recibo una cachetada de parte de Olivia, tan fuerte que siento mi mejilla arder.
—No intentes hacerte la idiota frente a mi. Si no quisieras vivir ya te hubieras matado.
Sus miradas acusadoras dirigidas hacia mí hicieron que un frío escalofrío recorriera todo mi cuerpo, como si estuvieran a punto de lanzarme al vacío sin piedad.
Intentaba mantener la compostura, tratando de no dejar que sus palabras penetraran mi escudo emocional, pero la presión se acumulaba rápidamente. Entonces, como si fuera un rayo de luz en medio de la tormenta, la puerta del salón se abrió y entró Isaac.
Debía admitir que Isaac era uno de esos chicos que irradiaba calma y confianza con solo estar presente. Sus ojos oscuros se posaron sobre mí con una mirada que como siempre me era difícil de descifrar.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó Isaac, su voz tranquila pero firme, cortando el silencio tenso que había caído sobre la conversación.
Olivia, Miley y Isa se miraron incómodas por un momento, pareciendo desconcertadas por la repentina intervención de Isaac. Olivia audazmente tomó mi brazo y me levantó de golpe junto a ella,
— Estamos solo teniendo una charla amigable con Joyce aquí. —Olivia fue la primera en responder, con una mueca forzada en su rostro
Isaac asintió lentamente, sus ojos nunca dejando los míos.
—Entiendo. Joyce, ¿me acompañarías un momento? Creo que tenemos algo que discutir. —Su propuesta era sutil pero clara. Era una excusa para sacarme de ese lugar. Agradecida por su oportuna llegada, asentí con alivio y me levanté de mi asiento, ignorando las miradas confundidas y resentidas de las chicas.
Isaac me condujo fuera del salón de clases y cerró la puerta tras nosotros, dejando atrás el murmullo tenso que había dominado el ambiente. Respiré profundamente, sintiendo cómo la tensión se disipaba gradualmente.
Lo seguí hasta que llegamos al patio trasero de la escuela.
—¿Y bien? —Me lanzó una mirada de reproche mientras se paraba frente a mi.
—¿Tenías algo que discutir algo conmigo? —murmuré, mirándolo inocentemente, fingiendo demencia.
—En cualquier caso podrías agradecerme.
—¿Agradecerte? ¿Por qué?
—Podrías intentar fingirlo y yo te creería, sino fuese porque toda la escuela las vio. —Él sonrió suavemente -Algo que probablemente jamás había visto en su rostro- y colocó una mano reconfortante sobre mi hombro. —Y esa goma de mascar en tu cabello también te delata.
Lleve mi mano hasta mi cabello y sentí la goma de mascar enredada en él, intenté sonreír por eso pero las lágrimas pronto salieron por mis ojos sin previo aviso. Lo que me faltaba.
—¡Espera, pero no llores!. —Isaac dio un paso hacía atrás y se agachó intentando quedar a mi algura para verme a los ojos. — Oye, lo siento, ¿sí? No quise sonar tan burlon, creí que...
—Mierda. Eres un idiota. —Dije entre risas nerviosas mientras intentaba secarme las lagrimas. —Supongo que mi maquillaje también es un asco ahora.
—Pues...
—Vas a cagarla más.
—Lo siento, no lo haré de nuevo ¿sí? —Isaac sacó un pañuelo de su bolsillo del pantalón y me lo extendió. —¿Qué puedo hacer para...?
—Ven al baile conmigo, es tu culpa. —Isaac abrió la boca para decir algo.
—¿Intentas hacerme ir en contra de mis ideales?
Cerré los ojos y dejé caer las demás lágrimas contenidas, solté algunos sollozos para presionarlo más, sí, también me estaba desahogando, era un 2x1.
—Iré.
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¿Cómo llegar a un Walter? | Isaac García
Fanfiction"-Míralos, quiero ser como ellos, no tienen ninguna preocupación en su vida. -Mi mejor amiga me miró confundida, pero comprendió de que hablaba cuando vio a los Walter entrar a la cafetería de la escuela. -Honestamente, todo sería menos pesado para...