Capítulo 8: Niñero de curioso carácter.

74 12 3
                                    

— Perdón la demora —dijo Tomás entrando a la habitación y entregándole una bandeja con el almuerzo, claro que él tendría que darle de comer dadas las condiciones.

El otro con suerte musitó un—falso— desinteresado 'meh'.

La "demora" venía de que a medio día salió a entregar su excusa para faltar al trabajo, la recepción telefónica no atendía y optó por ir por su cuenta a explicar el suceso. El hospital quedaba cerca, pocos minutos en auto.

Kerry, por su parte, lo que más odiaba era ese momento, el de comer. Nunca llegó a odiar su palidez hasta el momento en que su rubor cubriera toda su cara al tener que afrontar una situación así de vergonzosa y claro, tragarse aquellas bromas pesadas en que el moreno le tratara y hablara como un bebé.

— Y-ya verás cuando me recupere...—bufó en un tono débil, entrecortado, el hablar se le dificultaba al tener algo atacándole en el estómago y sentir sus mejillas arder. 

— Aww, eres adorable—rió de una manera en que empeoró la incomodidad del enfermo—. Es divertido darte de comer.

— ¡P-para ti l-lo es!—tomó una gran bocanada de aire, de verdad que tenía ganas de que la tierra lo tragara— ¡Es estúpido!   

— Ow, no te alteres, gringo—le dedicó una cálida sonrisa. ¿Acaso no podía empeorar más la situación?— Todavía tengo que bañart...

— ¡Ni se te ocurra!

— Llevas tres días sin tocar la ducha, vamos—trató de 'alentarlo', colocó ojos de cachorrito—. Por tu salud y porque hueles mal —sacó la lengua de manera sobreactuada para indicar desagrado.

— ¡No, eso es gay!—reprochó.

A esas alturas, seguía negándose a la obvia posibilidad de que lo que sentía por Araya no era una simple amistad.

— ¡Claro que no, siempre lo hago en mi trabajo y nunca ha pasado nada "raro"!—aclaró, no tan ofendido, proseguía con su actitud juguetona. 

— Ugh, seguro mañana se me quita esta cosa y puedo bañarme solo—desvió el tema, sabía que no pasaría nada y aún así, su mente fantaseaba con que quería que ocurriera ese algo "raro", por ello se negaba a toda costa que un momento así pasara.

— ¿Y si no te mejoras?

— Pasado mañana, d'ah —rodó los ojos, peleando por cosas tontas otra vez, la gran rutina. 

— Bueno, en ese caso, te llevaría por la fuerza al cuarto de baño y no podríai' pegarme porque eres vulnerable, como tu niñero, soy responsable de que estís sano y salvo —guiñó, adoraba hacerlo frustrar de esa forma en que sus mejillas no aguantaban más el sonrojo.

— Jódete —y siempre acababa cada discusión con esa misma palabra que ya perdió su sentido insultante de hace rato.  

Por las malas, la tortura continuó por harto hasta finalizar el plato, ahí, a perder el tiempo de una manera, y qué mejor que hacerlo viendo la televisión. Seguía agitado por lo anterior, imposible disimularlo, al punto en que enfocarse en el programa sintonizando a un fuerte volumen acabó convirtiéndose en una pesadilla, agradecía el hecho de que su compañero se distrajera fácilmente, así su atención iría en el programa y no en el hecho de que era observado de una manera... por cuanto menos curiosa.

— ¿Por qué me miras?

No mucho duró esa distracción ruidosa.

— ¿A-acaso no puedo?—si no corrió a lanzarse por la ventana, es porque eran de un vidrio muy resistente y tendría que abrirlas de modo manual, cosa que su situación no le permitía.

Sex. Murder. Art. (Slayer, Tomerry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora