Sex. Murder. Art. (Slayer, Tomerry)

Capítulo 2: Visita inesperada.

Mini diccionario shileno-español ;3;

Buin: pueblo/comuna que queda a las afueras de Santiago, en la provincia de Maipo.

Lucas, luquitas, lucrecias(? : se refiere al dinero. Una luca serían mil pesos chilenos, una cagá por cierto :v

Cuchillos de cerámica: si no los conocen, esas mierdas rebanan con sólo mirarlos :'v

Posta o Posta Central: así se le conoce popularmente al Hospital de Urgencia Asistida Pública, atención -1000000 de 10.

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Tras el acuerdo, Tomás y Kerry se ponían en contacto por medio de Internet, fuera de eso, no se habrían vuelto a ver las caras por varios días. 

Hasta ahora.

El último en ser nombrado, se encontraba realizando sus actividades diarias en casa, era tarde, plena madrugada, tenía la costumbre de levantarse tarde debido a que se quedaba aveces hasta muy de noche o no dormía con tal de poder estar en pie hasta las once de la mañana y ahí empezar el ciclo de sueño.

Éste era de esos días en que la noche sería para trabajar en esas actividades. O eso era lo planeado hasta que escuchó el timbre, fue a abrir la puerta y frunció el ceño en confusión al encontrarse con el moreno, teniendo el coche aparcado en el patio como si fuera su propia casa.

— ¿Se te perdió algo, acaso?—espetó el castaño, cruzándose de brazos. 

— Ehh... no pero —se frenó para hacer una sonrisa inocente—, pero necesito un lugar donde, donde dormir —titubeaba entretanto reía.

— ¿Acaso no tienes casa? —retrocedió un par de pasos en disgusto— ¡Son las tres de la mañana!

— A ver, a ver —agregó en una actitud desafiante y burlona al mismo tiempo—, "gringo" —esa palabra la dijo lento y tras un pequeño lapsus mental, recordó lo que debía decir—... trabajar en Santi-asco y vivir en Buin, es decir, a la.... ¡a la chucha! Es difícil—hizo el intento de explicar, no modulando muy bien—, duele al bolsillo y... —le sopló en la cara, haciendo que King percibiera un fuerte olor a cerveza— anduve... anduve tomando po' —rió—, no se puede manejar así.

— Ugh, ya veo —se cubrió la nariz por un segundo en asco—. ¿Y a qué horario de trabajo tienes que vienes a estas horas saliend...?

— Shhh —le hizo callar—. De doce a osho—contestó.

— ¿Y por qué no regresaste a casa apenas saliste?

— ¡Porque tenía que hacer unos trámites de...!

— Bien, suficiente —suspiró, irritado al ser interrumpida su jornada—. Puedes dormir en el sillón.

— Grac...

— De nada.

Lo dejó instalarse de forma cómoda en el sofá mientras él regresaba a la cocina, en un intento por ignorar al otro. Aún así, Araya se asomó curioso, sin dejar de estar echado en su lugar, para mirar a Kerry.

— Oh, estabas despiert...

— Sí.

— ¿Qué haces?

— Pan —respondió con naturalidad, concentrado en seguir formando piezas de masa iguales y recortándolas con el objetivo de emparejar muy bien. 

— ¿Ah? —musitó, sin comprender.

— Pan, soy "panadero", ¿ok?—gruñó por lo bajo.