El corredor del laberinto, lo no contado.

Huir o morir

El dolor era tan agudo que ni siquiera le dejaba dormir. "Se ha acabado" se repetía esa frase continuamente en su cabeza. Había delegado el mando en Minho, quien enseguida se había preocupado por su estado. Tuvo que contarle todo lo pasado para que aceptara el cargo. Pero le había pedido que no le dijera nada a Thomas. Ahora lo único que quería era estar sólo.

-Chicos... las provisiones no llegan. Tenemos que hacer algo, no podemos quedarnos aquí. Tenemos que entrar todos ahí dentro a encontrar una salida. Hemos descubierto un código en los mapas. Tal vez podemos abrir una puerta. Pero si no lo intentamos nunca lo sabremos. -dijo Minho en la reunión.

-¿Sabes cuántos moriremos si entramos?

-Menos que si nos quedamos aquí. Tenemos que salir. ¿Quién está conmigo?

Muchos chicos levantaron la mano. Entre ellos Thomas, Teresa y Newt.. Gally y unos pocos querían quedarse en el Claro.

-Está decidido. Los que queramos nos marchamos. Mañana por la mañana, a primera hora.

-Bien.

Cuando todos se fueron, Newt trató de hablar con Thomas, pero Teresa seguía pegada a él.

-Tommy... ¿podemos hablar un segundo..? - Thomas miró al suelo, tratando de no mirarle.

-Déjalo, Newt.-contestó Teresa por él.

-Le estoy preguntando a él, no a ti.

-Y yo te estoy respondiendo por él. ¿No puedes dejarle de una vez en paz? Para él tampoco es fácil.

-Estoy seguro de que es mucho más fácil para él.

-No tienes ni idea, Newt.-respondió Thomas.

-Qué bien. Al menos tienes la maldita decencia de hablarme. Deja de usar a tu novia como interlocutor y mírame.

-Vete y deja de dar por culo .- Teresa comenzaba a estar enfadada con la situación.

-Oh, ya veo. A tu novio le di literalmente, ¿sabes? -en cuanto dijo eso, la ira corrió por las venas de la chica, quien le dio una bofetada al rubio.- Vaya, que eso no lo sabías.

-¡Cállate! ¡Déjalo ir de una maldita vez!

-¡Thomas mírame y háblame tú de una maldita vez!-respondió ignorando a la muchacha.

-No... por favor...

-¡Mira lo que me estás haciendo! ¡Mira en lo que me estás convirtiendo! Ni siquiera eres capaz de mirarme a la maldita cara...

Thomas se llevó las manos a la cara, sin mirarle. Teresa enseguida actuó y se lo llevó de allí, dejando a Newt sólo de nuevo. Al menos lo había intentado. Al menos había descubierto que de veras había perdido a aquel chico... pero... no podía darse por vencido. No podía dejarle escapar. Le amaba. Era un sentimiento más allá de los "te quieros" que se habían dicho. Se había conectado a él.

El mayor problema ahora, era que la tienda de Thomas y la de Newt eran vecinas, de manera que cuando por las noches él y Teresa se ponían a hablar, o incluso a besarse, podía oírles perfectamente. Era una tortura continua. Aquella noche fue peor.

-Tom...-la chica se subió a su vientre y le besó.- Mañana nos iremos de aquí... quiero aprovechar esta noche...-le volvió a besar acariciandole el vientre.

-No... no deberíamos...

-Por Dios... ¿qué pasa? ¿Es que no me quieres?

-Si... bueno somos novios.